Cuidados y atención amorosa
Capìtulo 7 - El cambio de pañal
La zona del pañal es la que se debe lavar con más atención, tanto durante el baño como cada vez que se cambie al bebé durante el día. La orina y las heces son alcalinas, y su contacto prolongado con la piel del pequeño puede provocar irritaciones. Asimismo, un pañal sucio resulta muy molesto para el bebé, que puede despertarse y no querer volver a dormirse si no se siente limpio y seco. Por el bienestar y la salud del niño, los expertos recomiendan cambiar el pañal en cuanto se ensucie.
Después, hay que lavar la zona con agua corriente templada, ayudándose con una toalla suave o una gasa de algodón, que deben pasarse desde delante hacia atrás, para evitar el contacto de las heces con los genitales. Si los papás no tienen acceso al agua en el momento del cambio, se pueden utilizar toallitas desechables sin perfumes ni alcohol, específicas para bebés. La costumbre de lavar al bebé en cada cambio de pañal está muy arraigada en España, pero en otros países se recurre con más frecuencia al uso de toallitas limpiadoras. No hay que excederse con los lavados, pero, al menos una vez al día, la zona del pañal se debe lavar con agua corriente.
El cambio del pañal representa una ocasión extraordinaria de contacto entre los papás y el bebé. Un momento de intimidad hecho de caricias, sonrisas y descubrimientos. Un verdadero momento de bienestar.
En las primeras semanas de vida, las niñas pueden presentar pequeñas pérdidas de flujo, una reacción a los estrógenos, las hormonas que el organismo materno transmite al bebé a través de la placenta. Se trata de un fenómeno fisiológico, absolutamente normal, que no debe preocupar. Para retirar las secreciones, solo hay que lavarlas con agua corriente. En cuanto a la higiene de los niños, se deben evitar maniobras invasivas: el prepucio del niño suele estar adherido al pene, y no precisa ser bajado, dado que se correría el riesgo de provocar lesiones dolorosas.
Una vez realizada la higiene de la zona del pañal, lo ideal es dejar al pequeño con el culito al aire durante unos minutos. Antes de vestirle, si la piel del culito está irritada o inflamada, se aconseja la aplicación de una pomada con óxido de zinc, que formará una barrera protectora entre la piel, y las heces y la orina.
El cambio del pañal representa una ocasión extraordinaria de contacto entre los papás y el bebé. Un momento de intimidad hecho de caricias, sonrisas y descubrimientos. En definitiva, un verdadero momento de bienestar. Por ello, la mamá y el papá deberán procurar tener a mano todo lo necesario. No hay que distraerse nunca para coger algo que nos hace falta, tanto por una cuestión de seguridad como para evitar que el bebé se incomode.
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