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Cuidados y atención amorosa

"la mejor solución es aprender a cortarlas pronto, aunque al principio pueda parecer difícil o impresionar a los papás"

Capìtulo 6 - Una manicura perfecta

CATEGORÍA: Cuidados y atención amorosa
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TIEMPO DE LECTURA: 2 min

Las uñas del bebé, aun siendo minúsculas, crecen muy deprisa, a razón de 0,1 milímetros al día, de manera que es fácil que el pequeño se arañe sin darse cuenta, dado que, en los primeros meses, todavía no controla plenamente los movimientos de los brazos. Algunos niños nacen con las uñas ya largas, tanto que en las maternidades se solía poner unas mano-plas a los recién nacidos para evitar que se arañasen la cara. Sin embargo, la ciencia nos dice hoy que el tacto es un sentido fundamental para el re-cién nacido. Con las manitas, aprende a conocerse a sí mismo, descubre el mundo que le rodea y, sobre todo, encuentra el contacto piel con piel con la mamá.

Por lo tanto, la mejor solución es aprender a cortarlas pronto, aunque al principio pueda parecer difícil o impresionar a los papás. Las uñas de las manos se deben cortar más o menos una vez a la semana, mientras que las de los pies, que crecen más lentamente, una o dos veces al mes. En las dos o tres primeras semanas, cuando las uñas son muy frágiles, se recomienda el uso de una lima de cartón para los bordes de las uñas. Des-pués, se podrán utilizar tijeras específicas de punta redondeada, o mejor aún, cortaúñas especiales para bebés.

Para evitar el riesgo de infecciones, los instrumentos que se utilizan para el corte de las uñas deben limpiarse y desinfectarse después de cada uso.

Las uñas deben cortarse siguiendo el perfil de los dedos, preferible-mente con un corte recto, que proteja los lados, para evitar que puedan encarnarse. También hay que evitar cortar las uñas demasiado cortas: es mejor quedarse a una cierta distancia del cuerpo ungueal, para evitar sangrados.

Por la misma razón, conviene elegir un lugar bien iluminado y cómo-do, así como efectuar el corte cuando el bebé esté tranquilo. El momento más indicado es después del baño, cuando el niño está relajado y las uñas están más blandas. Una vez cortadas, un suave masaje en los dedos con unas gotitas de aceite de almendras podrá transformar la experiencia en una ocasión de bienestar formidable.

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