Cuidados y atención amorosa
Capìtulo 12 - La preparación del ambiente doméstico
Hasta aquí, nos hemos ocupado del cuidado del bebé en el sentido estricto. Sin embargo, su bienestar no solo depende de las atenciones que se le dedican, sino que también afecta al ambiente que le rodea.
La llegada de un niño comporta, inevitablemente, una serie de adaptaciones de la casa y el mobiliario, así como una reorganización de los espacios de la casa que permita cuidar al pequeño de la mejor manera. Basándose en los hábitos y las características del niño, los papás descubrirán muy pronto cómo preparar los diferentes ambientes domésticos. A medida que el niño desarrolle su capacidad motriz, su curiosidad le llevará a agarrar objetos y llevárselos a la boca. Asimismo, probará a subir escaleras, abrir puertas, introducir los deditos en los lugares más impensables y rodar por el suelo. Por lo tanto, la vigilancia por parte del adulto deberá ser constante, pero no asfixiante. Deberá controlar al niño con atención, para prevenir posibles peligros, pero también deberá fomentar su independencia, de manera que, con el tiempo, el niño pueda desarrollar la capacidad de reconocer los peligros autónomamente y adquirir confianza en sí mismo.
La vigilancia por parte del adulto deberá ser constante, pero no asfixiante. Deberá controlar al niño con atención, para prevenir posibles peligros, pero también deberá fomentar su independencia.
En el último capítulo, dedicado a la elección de los productos de puericultura, aprenderemos consejos prácticos para preparar la casa desde el punto de vista de la seguridad. Hablaremos de barreras, protecciones para esquinas y otros artículos de seguridad. En cambio, en esta sección, nos ocuparemos de algunas cuestiones relacionadas con el ambiente doméstico en un sentido amplio, y que los nuevos papás no siempre conocen.
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