Cuidados y atención amorosa
Capìtulo 8 - Vestir al bebé
En los primeros meses, el bebé no necesita muchas cosas en su armario. Por supuesto, no necesita ropita complicada de poner y quitar, con presillas, botones, lazos o incómodas costuras. A la hora de vestirle, lo mejor es apostar por el confort y la practicidad, eligiendo prendas sencillas y cómodas, fáciles de lavar, confeccionadas con tejidos naturales, como lino y algodón, transpirables y respetuosas con la delicada piel del bebé. De hecho, se le va a tener que cambiar con frecuencia: escapes imprevistos por el pañal, leche, saliva… El bodi es una prenda indispensable, ya que permite mantener la barriguita cubierta en todo momento, incluso durante el cambio de pañal, igual que los calcetines, sobre todo si el pequeño tiende a tener los pies fríos.
Los peleles y los pijamas de cuerpo entero también son muy cómodos, ya que están provistos de botones automáticos para hacer más rápido y práctico el momento del cambio. En el hospital, en los primeros días, también puede ir muy bien un gorrito, para protegerle las orejas y la cabeza tanto de la temperatura (ya sea alta o baja) como de la luz directa del sol. Además, la ropita del niño siempre debe adecuarse a la estación y a las condiciones meteorológicas del día. Una vez transcurridos los primeros 7-10 días, en los que podría necesitar un poquito más de abrigo, el bebé se puede vestir como el adulto, preferentemente por capas, de manera que se le pueda aligerar de ropa o abrigar más en función de las condiciones del momento. En el último capítulo del libro, aprenderemos más consejos prácticos para vestir a los niños.
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