El buen sueño
Capìtulo 6 - Un nido seguro y confortable
Cuando no está en brazos de su mamá, el bebé necesita un lugar acogedor y seguro en el que relajarse y descansar. El niño pasa durmiendo la mayor parte del día, y su nido debe tener las características adecuadas. La elección no es sencilla, sobre todo cuando se trata del primer hijo, cuando todavía no se tiene experiencia y no se sabe muy bien qué esperar. En general, la principal duda de los papás es si es mejor un moisés o una cuna. El moisés se utiliza durante un período de tiempo más limitado, y después también es necesario comprar una cuna provista de barrotes de seguridad. Sin embargo, el moisés ofrece al bebé un ambiente más a su medida, que le hace sentirse contenido y protegido, disponiendo de referencias espaciales perceptibles. Además, se puede desplazar más fácilmente de una estancia a otra de la casa, para controlar al niño en todo momento. Por otro lado, los modelos de cunita con función colecho también ofrecen la posibilidad de colocarse junto a la cama de los papás, garantizando al mismo tiempo que tanto la mamá como el bebé dispongan de un espacio propio. Estos modelos tienen la ventaja de permitir a la mamá consolar al bebé y tranquilizarle con una caricia, o con el roce de la mano, directamente desde la cama, sin necesidad de levantarse.
Algunas cunas colecho se transforman en cunas convencionales por medio de accesorios específicos. En cambio, quienes prefieren optar por la cuna grande desde el principio pueden adquirir reductores. Bajo ningún concepto, deben suponer obstáculo alguno para la respiración del bebé en el caso de que el pequeño se dé la vuelta y apoye la nariz y la boca en los bordes.
Independientemente del modelo elegido, ya se trate de un moisés o de una cuna, siempre deben respetarse las exigencias previstas por la normativa en vigor. Los estándares europeos establecen indicaciones muy precisas para este tipo de productos, como la estabilidad, la altura de las barandas, la distancia entre los barrotes, la distancia mínima entre el colchón y el borde, etc. Asimismo, se establecen límites muy estrictos con respecto a la presencia de sustancias químicas en los materiales, las pinturas y los barnices empleados para su fabricación.
Al margen de la estructura, también se establece una normativa de seguridad muy precisa para los colchones. Por ejemplo, el colchón debe ser lo suficientemente compacto y rígido como para que el bebé no se hunda en él. Además, debe tener el tamaño adecuado para evitar que se creen espacios vacíos en los que el pequeño pueda deslizarse o introducir la cabeza, y también debe responder a ciertos criterios de salubridad química.
Son preferibles los colchones compactos provistos de funda transpirable, desenfundable y lavable, mientras que están desaconsejados los empapadores impermeables “protegecolchones”, ya que anulan el efecto de transpirabilidad de la funda. Por último, nunca debe utilizarse almohada para la cabeza, tanto para evitar el potencial riesgo de asfixia como porque, al levantar la cabecita, la respiración del bebé podría alterarse.
En cualquier caso, es aconsejable elegir un colchón de buena calidad. Como para los adultos, un buen colchón es clave para favorecer la ergonomía ideal y el consiguiente buen descanso del chiquitín.
Para los primeros meses del bebé, el capazo del sistema modular de paseo es una alternativa válida. Si su tamaño y sus características son adecuadas, puede adaptarse perfectamente a las necesidades de descanso del bebé hasta cerca de los seis meses, es decir, hasta que pueda permanecer sentado de forma autónoma. Representa una gran ventaja, puesto que se puede dejar descansar tranquilamente al pequeño, sin tener que moverle, en los desplazamientos dentro y fuera de casa, respetando al mismo tiempo las necesidades de movilidad de los papás. No obstante, es fundamental que el capazo disponga de un tamaño interno que permita los movimientos y la relajación muscular, con el fin de garantizar un descanso confortable y eficaz, así como una estructura que permita una buena circulación del aire y un colchón que ofrezca el soporte adecuado para la postura correcta del bebé.
Para preservar la higiene, el capazo no debería utilizarse en casa sobre el chasis del cochecito. Lo ideal es elegir un modelo provisto de un soporte específico sobre el que poder acoplar el capazo con seguridad. Además, el capazo del sistema modular es, indudablemente, uno de los lugares ideales para las siestas del niño fuera de casa, tanto que se considera uno de los remedios más eficaces para tranquilizarle y dormirle en los momentos más difíciles. Cuando parece que nada funciona, solo queda intentar un paseo al aire libre con el cochecito.
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