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Elegir y utilizar correctamente los productos de puericultura

"Decidirse entre las innumerables pro-puestas de productos y ofertas de precio presentes en el mercado no es nada fácil"

Capìtulo 8 - La elección del primer cochecito

CATEGORÍA: Elegir y utilizar correctamente los productos de puericultura
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TIEMPO DE LECTURA: 11 min

En los últimos años, los nuevos papás se han ido orientando cada vez más hacia la compra de sistemas modulares, en versión dúo o trío, compuestos de un único chasis con ruedas sobre el que es posible acoplar el capazo del cochecito, el portabebés de seguridad para recién nacidos (“huevito”) y la silla de paseo. Una solución que se adapta a las necesidades de la familia en diferentes momentos del día, para realizar actividades distintas, y que logra progresar con el crecimiento del niño en sus primeros años. Por lo tanto, se trata de una decisión de compra muy importante, y rica en emociones, pero que puede no resultar sencilla, dada la inexperiencia de los papás en la materia. Decidirse entre las innumerables propuestas de productos y ofertas de precio presentes en el mercado no es nada fácil. Por supuesto, se puede contar con los consejos de los amigos y de los profesionales de las tiendas de puericultura o de Internet, pero cada experiencia es única e irrepetible. Cada historia es la que es, y cada familia tiene costumbres, estilos de vida y espacios únicos. Lo que es válido para una familia puede no serlo para otra.

¿Cuáles son las características prácticas que hay que tener en cuenta a la hora de elegir? En primer lugar, hay que prestar mucha atención al aspecto del confort, ya que el bebé es el auténtico usuario del producto. El recién nacido pasa buena parte de sus importantísimas primeras etapas de la vida en el cochecito, en la silla de paseo o en la silla de seguridad del coche.

En los primeros meses, la estructura ósea y muscular del bebé no puede soportar su peso. Para un correcto desarrollo fisiológico es, por lo tanto, necesario garantizarle la posición tumbada y horizontal el mayor tiempo posible. La posición tendida y supina permite no sobrecargar ninguna parte del cuerpo, distribuyendo el peso uniformemente. Asimismo, es importante subrayar que el aparato respiratorio del bebé todavía es “inmaduro” y de tipo “diafragmático”.

Hacia el final de la gestación, empieza el período alveolar, que finalizará en la primera infancia (sobre los 18-24 meses) y llevará a la formación de un número definitivo de alvéolos pulmonares, que aumentarán notablemente la superficie destinada al intercambio de oxígeno. No es hasta los dieciocho meses cuando el desarrollo de los pulmones del niño se produce en paralelo con el crecimiento de la masa corporal, y con una relación estable entre el contenido aéreo y el volumen pulmonar. En la posición horizontal, las costillas y los músculos intercostales, a través de su contracción simultánea con el diafragma, favorecen la rigidez de la caja torácica durante la fase inspiratoria, en lugar de su expansión, para que la actividad del diafragma se vea favorecida y se produzcan intercambios respiratorios regulares. (5)

Por ello, desde el primer día, es importante ofrecer al bebé un ambiente donde pueda descansar cómodamente, y no solo por la noche, sino también de día, durante el paseo. El cochecito es el instrumento ideal para acompañar esta etapa del desarrollo. En su interior, el bebé dormirá muchas horas, y tal vez lo preferirá a la cuna, porque hará que se sienta más protegido, ya que, al nacer, el bebé pasa repentinamente de un espacio vital mullido y contenido a otro sin límites y muy disperso. Para ayudarle a vivir esta transición de forma menos traumática, es importante ofrecerle un espacio recogido, del que pueda palpar sus límites, sintiéndose más a gusto y tranquilo. Sin embargo, algunas veces, el cochecito no se considera necesario, ya que se utiliza durante poco tiempo, mientras que, otras veces, se sustituye demasiado pronto por la silla de paseo, ya sea por motivos prácticos o porque el niño “ya no lo quiere”. No obstante, los niños deberían poder permanecer completamente tumbados hasta que empiecen a sostener la espalda, es decir, hasta cerca de los seis meses. Diversos estudios realizados en población infantil entre 2015 y 2016 por Thomas Wirth –profesor de Ortopedia Neonatal del Hospital de Stoccarda, Alemania – pusieron de manifiesto que muchos modelos de cochecitos comercializados son demasiado estrechos, y obligan a los papás a abandonarlos incluso alrededor de los tres meses.6

Los niños deberían poder permanecer completamente tumbados hasta que empiecen a sostener la espalda, es decir, hasta cerca de los seis meses.

Así pues, es importante que los papás no renuncien al cochecito, cuyo uso apropiado puede facilitar el desarrollo neuroconductual del bebé, y que, a la hora de elegirlo, tengan en cuenta las siguientes características irrenunciables:

  • DIMENSIONES INTERNAS: el capazo del cochecito debería tener una anchura no inferior a 35 cm y una longitud no inferior a 75 cm, para permitir un tiempo de uso lo más prolongado posible, favoreciendo así la relajación muscular del recién nacido y la posición de “ranita”.
  • ESTRUCTURA: es preferible una estructura rígida, ya que ofrece una mayor protección contra los golpes accidentales y asegura un mayor aislamiento térmico.
  • VENTILACIÓN: el capazo debe disponer de un sistema de ventilación, preferiblemente regulable, para permitir la circulación del aire en el interior del habitáculo y mantener el ambiente aireado y seco.
  • COLCHÓN: debe ser compacto y transpirable. La fibra natural de bambú está especialmente indicada, puesto que contribuye al mantenimiento de la temperatura adecuada, es antialérgica y fácilmente lavable.
  • RESPALDO: algunos capazos están provistos de un pequeño respaldo regulable. Esto puede ser útil cuando el bebé empieza a demostrar curiosidad por mirar afuera, y también le puede ayudar en caso de reflujo gastroesofágico.
  • CAPOTA PARASOL: es importante que la capota pueda bajarse, de manera que el bebé quede protegido de los rayos cuando el sol baja por detrás de la espalda de la persona que empuja el cochecito.
  • INTERIORES FÁCILMENTE DESENFUNDABLES Y LAVABLES: los interiores del capazo deben mantenerse siempre limpios e higiénicos. Poder retirar y lavar los revestimientos de forma fácil es una gran ventaja.

En el caso de la silla de paseo, es importante comprobar los siguientes aspectos:

  • ASIENTO REVERSIBLE: sin lugar a dudas, son preferibles las sillas de paseo con asiento reversible, es decir, orientables hacia la calle o hacia el adulto que la lleva. Al principio, el hecho de dirigir al niño hacia la mamá o el papá durante los paseos le ayuda a acostumbrase a una separación gradual.
  • RESPALDO RECLINABLE: el respaldo debería ser reclinable en varias posiciones, llegando incluso a la posición horizontal, llamada posición del sueño. Incluso a los bebés más mayorcitos les gusta mucho echarse una siesta tumba-dos cuando sienten la necesidad. Asimismo, son preferibles las sillas que permiten reclinar el respaldo y el reposapiés independientemente del asiento. Los asientos tipo “hamaca” no permiten una correcta circulación de la sangre en las piernas, ya que estas permanecen elevadas. Por último, cuando está totalmente subido, el respaldo no debe tener una inclinación inferior a 100º ni superior a 110º, de manera que quede asegurada una posición cómoda cuando el niño vaya sentado.
  • DIMENSIONES DEL ASIENTO: para el respaldo, se recomienda una altura de al menos 48 cm, y una anchura de al menos 32 cm, como para el asiento, que debe tener una profundidad de al menos 20 cm. Además, el asiento debería estar ligeramente reclinado hacia atrás, para evitar que el niño se deslice hacia delante.
  • REVESTIMIENTOS EXTERIORES: es fundamental que los tejidos cuenten con una protección contra la radiación UV, con un factor de protección elevado, y que la capota sea amplia, capaz de proteger bien al bebé del sol en cualquier posición del respaldo. La piel de los bebés es muy delicada, y la exposición al sol, aunque sea indirecta, siempre debe reducirse.
  • ACOLCHADO: es importante que el respaldo y el asiento estén adecuadamente acolchados, para ofrecer al bebé un apoyo confortable.

Por último, por lo que respecta a la silla de auto, la utilización del portabebés está altamente recomendada para el recién nacido, porque garantiza las condiciones óptimas de postura y seguridad, y ayuda a los padres en los desplazamientos. Sus características técnicas y las dimensiones (entre las cuales, se encuentra el nivel de inclinación del asiento) están, en general, detalladas por las normativas de seguridad. No todas las sillas de seguridad se adaptan a todos los automóviles. Por la forma y la disposición de los asientos del vehículo, algunos modelos se adaptan mejor que otros. Por ello, es fundamental comprobar siempre la compatibilidad y la ergonomía de la silla con respecto al propio vehículo. Otra recomendación importante es la de no utilizar el portabebés como medio de transporte sustitutivo del cochecito fuera del automóvil, si no es durante intervalos de tiempo breves. Como hemos visto, el tronco y el cuello del bebé todavía no son capaces de sostener adecuadamente el peso de la cabeza. En el mercado, existen sillas de auto plegables, que permiten una postura más confortable, aunque hay que recordar que la principal función de una silla de auto no es la de transportar al niño, sino la de protegerlo en caso de accidente.

Las características funcionales generales

Una vez valorados los aspectos ergonómicos relacionados con el bebé, es oportuno concentrarse en las características técnicas y funcionales que mejor se adaptan a nuestro estilo de vida, nuestra casa y nuestro automóvil. He aquí algunas sugerencias prácticas:

  • CIERRE Y APERTURA: comprobar que el chasis se cierra fácilmente, a ser posible, con una sola mano. Por cuestiones prácticas e higiénicas, son preferibles los modelos que permanecen de pie cuando están cerrados, sin que el manillar toque el suelo.
  • DIMENSIONES: comprobar que la silla de paseo pasa por la puerta del ascensor y también que entra en el maletero de nuestro automóvil.
  • PESO: si se deben utilizar medios de transporte públicos o levantar la silla con frecuencia, es preferible elegir un modelo ligero.
  • TERRENOS: si se suele pasear a menudo por superficies irregulares o por caminos de campo o montaña, son preferibles los modelos provistos de ruedas grandes.
  • SUSPENSIÓN: los modelos provistos de suspensión, tanto delantera como trasera, amortiguan los golpes transmitidos por las irregularidades del terreno y hacen el transporte más confortable para el niño y para el adulto.
  • ALTURA DE LOS PADRES: si hay mucha diferencia de estatura entre el papá y la mamá, es aconsejable adquirir un chasis con manillar de altura regulable.
  • CESTA: es necesario asegurarse de que la cesta portaobjetos tenga una gran capacidad.
  • PORTABEBIDAS: algunas sillas de paseo cuentan con un portabiberones que permite tener a mano el biberón del bebé o una botellita de agua.
  • LAVABILIDAD: asegurarse de que los revestimientos textiles sean desenfundables y lavables.

5  The Respiratory System in Babies (https://www.stanfordchildrens.org/en/default. page)

6  T. Wirth, Neonatal Orthopaedics – Stuttgard Germany, Stitwungwarentest, 2016

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