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Capìtulo 11 - La seguridad en casa
En los primeros meses, el bebé transcurre la mayor parte del tiempo en casa. Si bien el pequeño pasa muchas horas durmiendo y descansando, las ocasiones de interacción con la mamá y el papá no faltan: los mimos, las tomas, los cuidados y, poco a poco, también el ambiente que lo rodea. Con el paso de los meses, el bebé adquiere cada vez más libertad y competencias, y, de repente, de hoy para mañana, se vuelve más movido e imprevisible. Por esta razón, la mamá y el papá siempre deben adelantarse a los acontecimientos, anticiparse a los posibles cambios en el desarrollo psicomotor del niño y adecuar el ambiente doméstico para prevenir potenciales peligros.
Antes de que el pequeño empiece a gatear o arrastrarse, a tocar todo lo que le rodea y a introducírselo en la boca, es preciso colocar protecciones específicas para los golpes en todos los ángulos que queden a su alcance, así como instalar sistemas de bloqueo en los cajones y las puertas de los muebles, colocar protectores de enchufe en todas las tomas de corriente, desplazar los cables de corriente y los posibles objetos frágiles, elevar los bordes de las cortinas y de los manteles a los que el niño podría agarrarse, y alejar de su alcance objetos de pequeño tamaño que podría ingerir o inhalar. Asimismo, hay que tener cuidado con las plantas de interior; si son tóxicas, hay que retirarlas de su alcance, puesto que podría introducírselas en la boca.
La mamá y el papá siempre deben adelantarse a los acontecimientos, anticiparse a los posibles cambios en el desarrollo psicomotor del niño y adecuar el ambiente doméstico para prevenir potenciales peligros.
Antes de que el niño empiece a caminar, es necesario fijar los muebles altos a la pared, puesto que podrían volcar si el pequeño se agarra a ellos para ponerse de pie o, incluso, trepar. También hay que instalar barreras de seguridad en los accesos a las escaleras, así como impedirle el acceso a piscinas y depósitos de agua, retirar las sillas (o cualquier otro apoyo sobre el que pudiera subirse) de las proximidades de las ventanas y los balcones, y poner cinta antideslizante debajo de las alfombras. Asimismo, hay que mantener fuera de su alcance los medicamentos, las bebidas alcohólicas, los detergentes, los insecticidas y cualquier otra sustancia tóxica, así como las cerillas y los mecheros. (8)
La vigilancia debe ser siempre atenta y estricta, pero tampoco hay que exagerar: en sus exploraciones, progresivamente, es bueno que el niño aprenda a reconocer los peligros y a evitarlos de forma autónoma.
8 Guía para padres sobre la prevención de lesiones no intencionadas en la edad infantil. Asociación Española de Pediatría: ,https://www.aeped.es/sites/default/files/documen-tos/guia-padres-prevencion-lesiones-no-intencionadas.pdf
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