El mejor alimento desde el principio
Capìtulo 3 - El ritual de la lactancia
Conocer la composición de la leche y sus propiedades permite acabar con muchos mitos sobre la lactancia que carecen de fundamento y son contraproducentes, así como formular consejos basados en la evidencia científica y devolver a las madres conciencia y plena confianza en su capacidad.
Por ejemplo, no es en absoluto cierto que el calostro sea poco o escasamente nutritivo para las necesidades del recién nacido. Contiene todo lo que el pequeño necesita para favorecer su desarrollo en los primeros días de vida. Si se le ofrece la posibilidad de estar con su mamá y ponerse al pecho cuando lo desee, sin horarios preestablecidos, el bebé “llamará” a la subida de la leche con la succión frecuente.
En los siguientes días y meses, por medio del mismo mecanismo, el pequeño modulará la producción de leche en función de sus necesidades: cuanta más hambre tenga, con más frecuencia demandará y más estimulará el pecho para la producción de leche.
Entre el segundo y el cuarto día después de nacer, el bebé pierde hasta el 10% de su peso inicial. Es lo que se denomina pérdida fisiológica, un fenómeno natural que se observa en todos los niños sanos, nacidos a término y alimentados al pecho. No debe generar alarma: no significa que el pequeño esté desnutrido. Con el paso de los días, recuperará el peso perdido espontáneamente, y volverá al peso inicial en las dos primeras semanas de vida(4).
Otro fenómeno normal que no debe preocupar es el hecho de que el bebé tenga hambre a todas horas, que demande el pecho con mucha frecuencia. ¿Quiere decir que la leche de su mamá no le alimenta? ¡Por supuesto que no! El recién nacido tiene el estómago muy pequeño y solo tiene espacio para una pequeña cantidad de leche en cada toma. Así, para satisfacer su necesidad diaria de energía, puede llegar a comer incluso diez o doce veces en el transcurso de las 24 horas. Además, algunos bebés son rápidos y se sacian en pocos minutos, mientras que otros son lentos y pasan mucho más tiempo en el pecho. Su demanda es fisiológica y es correcto adaptarse a ella.
Cada niño tiene sus necesidades y sus ritmos. El sistema de lactancia que se basa en horarios establecidos, iguales para todos, que se recomendaba en los manuales de puericultura en otros tiempos, hoy se considera una manera de forzar. Además, en los primeros meses de vida, es difícil imponer al niño que coma todos los días a la misma hora: algunos días, el bebé no tiene tanto apetito; hay días de calor en los que tiene sed y demanda el pecho más a menudo; otros días en los que alcanza un hito del desarrollo y necesita un plus de energía, etc.
¿Cómo se sabe si un bebé está bien alimentado? En otros tiempos, se acostumbraba a realizar la “doble pesada”, es decir, se pesaba al pequeño antes y después de la toma para determinar si había comido suficiente. Hoy sabemos que este procedimiento no es eficaz para valorar el crecimiento del bebé, y suele desaconsejarse. Desde el momento en que la composición y la densidad calórica de la leche cambian incluso en el transcurso del mismo día, la cantidad consumida en cada toma no constituye un parámetro significativo para saber si el niño come suficiente. Más bien, conviene valorar, con un enfoque de 360 grados, la frecuencia con la que moja el pañal (en las primeras semanas, debería mojar cinco o seis al día), así como el ritmo sueño-vigilia, y el comportamiento del bebé. Asimismo, las visitas de control al pediatra son fundamentales. Si el pediatra considera que el niño presenta un buen estado de salud, significa que está bien alimentado y que no es preciso intentar que tome más leche.
Darle libertad para comer cuando tenga hambre y parar cuando esté saciado ayuda al niño a desarrollar su capacidad de autorregulación, un factor que le protege y le protegerá del riesgo de obesidad durante toda la vida. La lactancia a demanda también beneficia al desarrollo cognitivo del pequeño. Un estudio británico de 2013 demuestra que los niños alimentados así tienen un coeficiente de inteligencia más alto y mejores resultados académicos, al menos, hasta los 14 años (5).
Con el paso de los meses, las tomas se espacian espontáneamente. El niño tiene el estómago más grande, toma más leche en cada tetada y la leche es más rica en grasa y en componentes que favorecen el crecimiento. La OMS recomienda continuar con la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses e introducir después los primeros alimentos complementarios, sin eliminar ni reducir la leche materna, satisfaciendo la demanda del pequeño, confiando en la capacidad de autorregulación que ha adquirido en las primeras semanas de vida6. La lactancia puede proseguir hasta los dos años o más, si la mamá y el niño así lo desean.
La OMS recomienda continuar con la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses e introducir después los primeros alimentos complementarios, sin eliminar ni reducir la leche materna.
Por lo que respecta a la alimentación y el estilo de vida materno durante el período de lactancia, se aplican las mismas recomendaciones generales de salud.7 No se debe “comer por dos”, puesto que, para producir leche, el organismo de la mujer recurre a las reservas de tejido adiposo acumuladas durante el embarazo, favoreciendo así la recuperación del peso ideal después del parto. La alimentación debe ser saludable y variada. La embarazada debe abstenerse de consumir alcohol. Si es consumidora habitual, se la incluirá en un programa para reducir al mínimo posible la ingesta de alcohol. También se recomienda evitar o moderar el consumo de café. Fumar está contraindicado en la lactancia, como lo estaba en el embarazo. Los suplementos alimenticios y los productos de herbolario deben consumirse con precaución, y siempre después de consultar al médico.
4 R. E. Casiday et al., Do early infant feeding patterns relate to breast-feeding continuation and weight gain? Data from a longitudinal cohort study, «European Journal of Clinical Nutrition», 58, 2004, pp. 1290-1296
5 M. Iacovu, A. Sevilla, Infant feeding: the effects of scheduled vs. on-demand feeding on mothers’ wellbeing and children’s cognitive development, «European Journal of Public Health», 23, 2013, pp. 13-9
6 Guideline: counselling of women to improve breastfeeding practices, WHO 2018
7 Grupo de trabajo de la Guía de práctica clínica de atención en el embarazo y puerperio. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias de Andalucía. Guías de Práctica Clínica en el SNS: AETSA 2011/10, 2014.
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