Sueño y siesta

La importancia de las siestas diurnas para los bebés y lactantes

Las siestas diurnas (power nap) son cruciales en el desarrollo de un bebé, tanto como el sueño nocturno. Las siestas durante el día ayudan a regular el estado de ánimo del niño y mejoran el aprendizaje, la memoria y el comportamiento en general. Además, contribuyen a un sueño nocturno más tranquilo y de calidad. Las siestas diurnas pueden ocurrir por la mañana y/o por la tarde, según la edad de nuestros pequeños. Un recién nacido, por ejemplo, tendrá ritmos diferentes a un niño de tres años o más.

En los bebés de aproximadamente 4 a 7/9 meses, la power nap es una breve siesta por la tarde, de la duración de un ciclo de sueño (30/45 minutos). En esta última etapa (8/9 meses), es común que los pequeños abandonen la siesta diurna. Hacia los 13/18 meses, la siesta matutina se vuelve cada vez más rara, mientras que generalmente el descanso después del almuerzo es lo último en ser abandonado, entre los 3 y los 5 años.

Cada fase del sueño, tanto diurno como nocturno, tiene un papel específico en el desarrollo cognitivo y físico del bebé. Por lo tanto, es importante asegurarse de que los niños tengan suficientes oportunidades para descansar también durante el día. El reloj circadiano, ubicado en el núcleo supraquiasmático del cerebro, coordina las funciones fisiológicas y comportamentales según un ciclo de aproximadamente 24 horas. La luz solar es un potente sincronizador de este reloj interno. Durante el día, la luz inhibe la producción de melatonina, una hormona producida por la glándula pineal, que favorece el sueño. Por la noche, la falta de luz estimula la producción de melatonina, señalando al cuerpo que es hora de descansar. El cortisol, por otro lado, es una hormona relacionada con el estrés que tiende a liberarse en mayores cantidades por la mañana, contribuyendo a la sensación de vigilia y activación. Esta regulación es crucial, no solo para el sueño, sino también para diversas funciones biológicas como la regulación de la temperatura corporal, la digestión y el metabolismo. Por lo tanto, la exposición regular a la luz natural y el mantenimiento de un ambiente oscuro durante la noche son importantes para el bienestar físico y mental.

¿Cómo saber cuándo es hora de dejar la siesta diurna (power nap)?

• Aumenta la resistencia.
• No hay señales de cansancio.
• El niño no tiene sueño a la hora de acostarse.
• Los despertares nocturnos se convierten en momentos de juego.