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Artículos científicos

Vínculo postnatal

FOCUS: Regreso a casa
ESTE ARTÍCULO PERTENECE AL PRINCIPIO DEL BIENESTAR DEL BEBÉ: Cuidados y atención amorosa

Aunque el proceso de establecimiento del vínculo afectivo comienza ya durante el embarazo, el periodo más adecuado para reforzarlo es después del parto.

Vínculo inmediatamente después del nacimiento

Los primeros 60-90 minutos tras el nacimiento son cruciales porque el recién nacido se encuentra en la fase de despertar tranquilo y está preparado para conocer a sus padres, observándoles y escuchando sus voces (que ya había aprendido a reconocer durante su vida prenatal). Para favorecer el vínculo tras el nacimiento, basta con colocar al recién nacido, después de secarlo, sobre el vientre de la madre y cubrirlo con un paño seco sin que se interponga entre ambos, practicando lo que se conoce como contacto piel con piel.

El gateo al pecho: una emoción natural

Así colocado, el recién nacido primero se calma y relaja, luego empieza a acercarse al pecho de la madre sin ayuda y, cuando quiere, inicia su primera toma. Este fenómeno se denomina “gateo del pecho” y favorece la lactancia materna precoz. Pero el contacto piel con piel no solo es útil para la lactancia; también ayuda al recién nacido a estabilizar su temperatura corporal y su ritmo cardíaco. Los beneficios también son maternos y están más relacionados con la succión precoz del pezón, con una mayor liberación de oxitocina, que no solo es importante para los mecanismos de contracción uterina que protegen a la madre del riesgo de desarrollar una hemorragia posparto, sino que también ayuda a estimular el comportamiento de lactancia de la madre. El contacto piel con piel también tiene varios beneficios para el padre.

Construir el vínculo con el recién nacido una vez de vuelta en casa

El vínculo postnatal permite utilizar los instintos ocultos del recién nacido, influyendo en este periodo tan delicado para la madre, que asume un nuevo papel y adopta un mecanismo de autoaceptación física y psicológica. El vínculo afectivo se ve naturalmente interrumpido por los gestos cotidianos de la vida del recién nacido: desde el baño hasta el masaje, pasando por el cambio de pañales.

Abrazar al recién nacido

El calor y los abrazos ayudan a reforzar el vínculo entre la madre y el bebé y estimulan la aparición de la tríada madre-bebé-papá. A los bebés les encanta que les abracen y, sobre todo, que les abracen sus padres. Aunque no sepan hablar, reconocen muy bien a sus padres por su comportamiento, incluida la forma en que les abrazan. Además, un recién nacido no es capaz de autorregularse, por lo que cuando se le abraza, su temperatura corporal le ayuda a mantener la temperatura corporal ideal para él. Así pues, el abrazo se convierte en la cura, la medicina milagrosa para borrar el estrés, el llanto, el enfado y las rabietas del bebé y curar las preocupaciones de los padres.

El llanto y la sonrisa con los que “te habla” tu recién nacido

El recién nacido no tiene la capacidad motora de buscar a su madre, pero desde que nace dispone de numerosas herramientas para comunicar sus necesidades y generar una respuesta afectuosa por parte de la madre: inicialmente, la herramienta más utilizada es el llanto, a la que pronto se añadirá la sonrisa.

El llanto y la sonrisa tienen el efecto de acercar la madre al bebé y se definen como “comportamientos de señalización”.

El bebé utiliza estos comportamientos en diferentes circunstancias: el llanto puede indicar hambre, dolor o pena por estar separado de la madre. Sonreír indica que el bebé está contento, no tiene hambre ni siente dolor. La sonrisa hace que la madre responda hablándole, acariciándole o cogiéndole en brazos, garantizando así la estabilidad de la relación afectiva madre-hijo. La sonrisa también actúa como un refuerzo gratificante para la madre y la predispone a responder a las señales de su bebé de un modo positivo que favorece un crecimiento armonioso.

Vínculo postnatal a través de la piel

Por último, un último medio a través del cual se puede poner en práctica el vínculo postnatal en casa es la piel, que es el órgano más grande del cuerpo y tiene receptores que nos conectan con el mundo exterior. Durante el masaje del bebé, los diferentes toques rítmicos promueven e influyen en el sistema hormonal que libera hormonas del bienestar y reduce las hormonas del estrés, haciendo que el bebé se sienta querido y mimado.

La piel es el órgano más grande del cuerpo y el tacto es el primer sentido que se desarrolla en el embirón en el útero. A través del tacto, se desarrollan las endorfinas y la serotonina, y la madre produce más oxitocina (hormona que ayuda al útero a contraerse, también llamada hormona del amor), y más prolactina (no solo favorece la producción de leche, sino que también es la hormona del cuidado y del sentido maternal); también disminuyen las hormonas del estrés (cortisol y ACTH). En el momento del parto, la madre y el bebé tienen exactamente la misma dosis hormonal; cuando nace el bebé, toda la oxitocina y el cortisol necesarios para el momento del parto están altos. En el primer contacto con la madre, es como si el cuerpo recibiera una señal para detener la producción de ACTH y cortisol.

Se ha observado que en los bebés nacidos por cesárea y luego separados de sus madres, los niveles de ACTH permanecen elevados durante mucho más tiempo y, si se mantienen durante mucho tiempo, los bebés empiezan a estar más irritables, duermen menos y tienen dificultades para crecer.