Artículos científicos
Los deseos del bebé en el vientre de la madre: el vínculo prenatal
“…el bebé vive inmerso en estímulos no solo sensoriales, sino también emocionales y afectivos…”
La impronta prenatal (y perinatal), si se hace con cariño y preparación, significa bienestar para toda la vida. Luego debe continuar en los primeros meses de vida (posnatal), mediante una crianza muy atenta, sensible y orientada al contacto corporal. En años posteriores, se refuerza a través de las experiencias positivas que puede vivir el niño primero y el adulto después.
“¡Háblame! No soy demasiado pequeño para entender. Cuéntame tus alegrías y tus penas, mamá. Explícame en todo momento lo que está pasando para que no tenga miedo, pues no es el dolor lo que me asusta, sino tener que soportarlo yo solo.
¡Mírame! Ya existo dentro de ti. Hazme sitio en tu corazón.
¡Tócame! Acaríciame a través de tu vientre, hazme sentir que estás ahí, conmigo, que no estoy solo.
¡Aliméntame! Muéstrame la belleza del mundo, cántame las canciones más dulces, cuéntame un cuento para que pueda soñar…”
Educación prenatal
Precisamente gracias a los descubrimientos científicos en este ámbito, desde los años 80 se han creado y difundido cada vez más cursos de educación prenatal, cuyo objetivo es ayudar a los padres a establecer un vínculo durante el periodo de gestación. Este vínculo con el bebé tiene por objeto reforzar su salud psicofísica y prevenir molestias y enfermedades, garantizando así mejores condiciones de desarrollo posnatal. Se trata de entrar en comunicación con el bebé desde las primeras semanas de gestación, buscando ofrecerle un alimento físico y emocional con el que crecer y formarse.
Entre los resultados que pueden obtenerse con la educación prenatal figuran el fortalecimiento de los vínculos familiares, la disminución de la ansiedad y el miedo durante la gestación y el parto, y la facilitación de este último y de la lactancia materna.
Qué sucede en los 9 meses de gestación
En resumen, la gestación es un periodo muy importante en la vida de todo ser humano.
A lo largo de esos 9 meses, el feto se forma y crece, tiene sus primeras experiencias, también de tipo emocional y relacional, y empieza a aprender. Durante este periodo de la vida, se sientan las bases del desarrollo posnatal y se crea una impronta inicial, a la que seguirá otra igualmente significativa: la del nacimiento. La gestación se produce no solo a nivel físico, sino también psíquico, y el feto se nutre no solo de elementos físicos, sino también emocionales, mentales y existenciales. El útero materno no es un universo cerrado, sino un entorno rico en estímulos, procedentes de la madre y del mundo exterior, que configuran desde el principio la arquitectura cerebral y psíquica del ser humano.