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Artículos científicos

La salud del cuero cabelludo

FOCUS: Atención primaria
ESTE ARTÍCULO PERTENECE AL PRINCIPIO DEL BIENESTAR DEL BEBÉ: Cuidados y atención amorosa

Madres, padres: esto es lo que debéis saber sobre la costra láctea

La costra láctea es una forma de dermatitis seborreica que afecta la piel del neonato. Puede aparecer a partir de la segunda semana de vida, pero tiende a desaparecer progresivamente en los primeros seis meses.

Se manifiesta con una producción significativa de sebo por parte de las glándulas sebáceas del cuero cabelludo, presentando el niño escamas blancas-amarillentas, que suelen tener un aspecto untuoso, en la cabeza, la cara y la zona centrofacial. Generalmente, surge en el cuero cabelludo y en la línea del nacimiento del cabello, pero también puede estar presente en las cejas, nariz, mejillas y orejas.

En la mayoría de los casos, no resulta molesto para el pequeño, ya que la picazón ocurre muy raramente. Los problemas son principalmente de naturaleza estética. Contrariamente a la creencia popular, la costra láctea no está relacionada con la lactancia ni con problemas de higiene del recién nacido.

Probables causas de la costra láctea

Las causas de la costra láctea no son del todo conocidas. La hipótesis científica más respaldada sugiere que su aparición está vinculada al aumento de la producción de sebo por parte de las glándulas en el cuero cabelludo del neonato. Este fenómeno se atribuye al estímulo de las hormonas andrógenas maternas, las cuales persisten en la circulación del niño durante algún tiempo después del nacimiento.

Se estima que alrededor del tercer mes de vida, el niño puede eliminar por completo las hormonas maternas, lo que podría explicar por qué la costra láctea se considera solo un “trastorno transitorio”.

Cómo tratar la costra láctea paso a paso

  • Suaviza las escamas y costras masajeando delicadamente la cabeza con una gasa o hisopo de algodón empapado en aceite de almendra.
  • Elimina cuidadosamente las escamas y costras, por ejemplo, con un cepillo suave o un peine con puntas redondeadas. Evita quitarlas de manera brusca, ya que esto podría facilitar la formación de nuevas.
  • Para prevenir pequeñas heridas, evita rascarte o frotar las escamas y costras.
  • Nunca rasques las costras con el peine o con los dedos, ya que podrías irritar la piel.
  • Lava el cabello cada 2-3 días con un limpiador orgánico que no contenga sustancias químicas, preferiblemente a base de aceite y emolientes, con un pH neutro.

Higiene del cuero cabelludo

Cuando se trata de lavar la cabeza de los recién nacidos, entendemos las preocupaciones de los padres debido a la delicadeza del neonato, la sensibilidad de su piel y las fontanelas aún abiertas. Aquí algunas pautas importantes:

  • Realizar el lavado durante el baño: lavar el cabello debe ser parte del baño regular.
  • Aplicar el producto adecuadamente: aplicar el producto sobre el cabello húmedo, pero no goteante, masajear suavemente y enjuagar son pasos esenciales.
  • Evitar lavados excesivos: Es recomendable evitar lavados demasiado frecuentes, ya que podrían causar irritaciones y/o picazón en el cuero cabelludo.
  • Precaución con los ojos: Evitar el contacto del producto con los ojos del bebé.
  • Usar poca agua al principio: Es aconsejable usar poca agua, especialmente en las primeras veces, para acostumbrar al neonato a la sensación de tener la cabeza mojada.
  • Sin reglas estrictas para la frecuencia: No hay reglas específicas sobre cuántas veces lavarle el cabello al neonato. Puede hacerse todos los días o dos veces por semana; lo importante es no exagerar.

Productos para lavar el cabello del neonato

Para lavarle el cabello al neonato, se puede usar una pequeña cantidad de champú específico para neonatos con pH neutro e ingredientes naturales o simplemente agua tibia. Evitar el uso excesivo de champú es importante para prevenir irritaciones, descamación y sequedad en la piel sensible del neonato. Nunca utilizar productos para adultos para preservar el delicado equilibrio de la piel del neonato y lactante.

Cómo secar el cabello del neonato

Secar el cabello o la cabeza de un neonato es un gesto que no debe subestimarse. No hay reglas precisas, todo depende de cómo reacciona el niño y de la cantidad de cabello que tenga.

Si el neonato tiene poco cabello, es suficiente secar cuidadosa y delicadamente su cabeza con una toalla o paño seco y suave, prestando la máxima atención a no ejercer presión sobre las fontanelas. El cabello de los neonatos es fino y muy delicado, por lo que no es necesario peinarlo.

En cambio, si el neonato tiene mucho cabello, se puede usar un cepillo con cerdas muy suaves o un peine de dientes anchos y redondeados, procediendo con delicadeza cuando el cabello aún esté húmedo o mojado. También se puede utilizar un secador de pelo, pero hay reglas a seguir: potencia mínima, temperatura tibia (nunca caliente) y chorro de aire nunca directo en la cara y los ojos.

Algunos neonatos y niños no aprecian el secador de pelo porque el ruido los asusta, pero para otros podría resultar muy agradable ya que produce el llamado “ruido blanco”. El ruido blanco, por definición, es un tipo de sonido neutral que recuerda al sonido que el feto escuchaba cuando aún estaba en el vientre materno. Siendo un sonido neutral, cubre todos los demás ruidos y tiende a ser de gran ayuda para los niños después del baño.

Vínculo durante el baño

Madres, padres, recuerden que el “vínculo” también se puede realizar durante el baño. Un vínculo importante entre la mamá/papá y el bebé ayuda al niño a satisfacer las necesidades básicas relacionadas con la afectividad y la seguridad, y también ayuda a los padres a establecer una relación positiva con el nuevo miembro de la familia, a quien hay que cuidar, mimar y proteger.

Desde el nacimiento, el neonato dispone de numerosos medios para comunicar sus necesidades, incluido el placer de bañarse y generar una respuesta de cuidado por parte de la mamá. Inicialmente, el medio más utilizado es el llanto, al que muy pronto (¡afortunadamente!) se suma la sonrisa. De esta manera, la mamá y el papá pueden comprender los gestos preferidos del neonato durante el baño. El llanto y la sonrisa tienen el efecto de acercar a la mamá y al papá al bebé y se definen como “comportamientos de señalización”.