El Ciclo Circadiano en el recién nacido

¿Qué es el ciclo circadiano?

El ciclo circadiano es un sistema endógeno que regula los ritmos biológicos en un período de aproximadamente 24 horas. Este influye en funciones fisiológicas fundamentales como el sueño, la temperatura corporal, la secreción hormonal y la alimentación.

En el recién nacido, este sistema aún es inmaduro al nacer, pero se desarrolla rápidamente en los primeros meses de vida. La maduración del ritmo circadiano tiene un papel crucial en el bienestar y en el desarrollo neurofisiológico del niño.

¿Cómo funciona?

El ritmo circadiano está gobernado por un “reloj biológico central” situado en el núcleo supraquiasmático (SCN) del hipotálamo. Este centro recibe información principalmente de la luz ambiental y sincroniza los ritmos corporales con los estímulos externos, como el ciclo luz-oscuridad.
Al nacer, el SCN está morfológicamente formado pero, aún inmaduro desde el punto de vista funcional, lo que explica la distribución aparentemente aleatoria del sueño y la vigilia en las 24 horas del recién nacido.

Dos hormonas fundamentales para la regulación circadiana son:

• Melatonina, secretada por la glándula pineal durante las horas de oscuridad, con efecto soporífero.
• Cortisol, producido por las glándulas suprarrenales, con un pico en las primeras horas de la mañana, promotor del estado de vigilia.

En los recién nacidos, la producción autónoma de melatonina comienza alrededor de la 8ª-12ª semana de vida, mientras que el cortisol muestra un ritmo circadiano más definido hacia los 2-3 meses.

Las características del ciclo circadiano en el recién nacido

La maduración del ritmo circadiano en el recién nacido depende de una combinación de factores genéticos, ambientales y conductuales. Entre estos, la exposición a la luz natural representa el principal sincronizador externo (zeitgeber), mientras que la lactancia materna y las rutinas diarias (como la alimentación y el baño nocturno) contribuyen a la transmisión de señales temporales que favorecen la regulación del sueño.

Las principales características de este proceso incluyen:

• Ausencia de diferenciación luz-oscuridad: en los primeros días de vida, el recién nacido aún no responde de forma significativa a los estímulos luminosos ambientales como señal temporal.
• Sueño polifásico: el sueño del recién nacido ocurre en ciclos breves distribuidos a lo largo de las 24 horas, con una predominancia de sueño REM.
• Maduración progresiva: a partir de la 6ª-8ª semana de vida, se observa la aparición de cierta diferenciación entre el sueño diurno y nocturno, gracias a la progresiva maduración del SCN y a la sincronización con señales ambientales.

Una correcta regulación circadiana tiene un impacto positivo en varios aspectos de la salud neonatal:

• Mejora la calidad y la continuidad del sueño nocturno.
• Soporta el desarrollo neurológico y cognitivo.
• Contribuye al equilibrio metabólico.
• Reduce el riesgo de trastornos del sueño infantiles.

Sin embargo, el desarrollo del ritmo circadiano puede verse obstaculizado por factores como la prematuridad, la escasa exposición a la luz natural y la ausencia de rutinas regulares.