Cómo establecer contacto con el recién nacido

Se ha demostrado que el bebé, en una determinada etapa de su desarrollo, percibe si alguien o algo toca el vientre de la madre y reacciona a ello con diferentes movimientos, dependiendo de si el estímulo es agradable o no. Por eso es muy importante el contacto físico y corporal con los padres, que permite al bebé percibir ya en esta etapa el amor, la cercanía de las personas que cuidarán de él.

El desarrollo de la memoria olfativa del embrión le permitirá reconocer a su madre una vez haya nacido. Esto explica, entre otras cosas, que los recién nacidos, al percibir un olor similar al del líquido amniótico, se sientan atraídos por la leche y el pecho de la madre. Además, el olor del pecho materno puede despertar recuerdos de la experiencia prenatal.

Cinco elementos de contacto con el recién nacido

OLFATO: la madre y el bebé se reconocen por el olor. El calostro huele parecido al líquido amniótico.

TEMPERATURA: el recién nacido no es capaz de autorregularse, por lo que la temperatura corporal de la madre es la ideal para mantener la del bebé.

LACTANCIA: durante la lactancia, aumenta el sistema inmunitario del bebé y se produce un aumento de oxitocina y prolactina en la madre. Esto contribuye a la formación del vínculo afectivo.

BIORITMOS: cuando una mujer da a luz es como si las emociones y los instintos tomaran el control, esto permite a la madre sintonizar con el bebé.

CONTACTO VISUAL: los ojos del bebé se enfocan entre 17 y 30 cm, que es exactamente la distancia entre la cara de la madre y el bebé que tiene en brazos.

En general, por tanto, el vínculo afectivo se favorece con una buena preparación durante el embarazo, un buen parto, un contacto precoz entre la madre y el bebé, la preservación de la unidad madre-hijo y padre-madre-hijo, y la lactancia materna.