Artículos científicos
'Bonding': una conexión especial
El bonding (en inglés) o apego es un vínculo especial que hace que el bebé quiera permanecer cerca de una cierta persona, mamá o papá, capaz de satisfacer todas sus necesidades.
El término bonding surgió en Estados Unidos en 1982 de la mano de John Kennell y Marshall Klaus. En inglés, bond significa adherir, unir; por tanto, el bonding es el proceso de vinculación entre unos padres con su hijo.
El apego tiene la característica de ser selectivo: el bebé busca instintivamente el contacto con la persona que le cuida y que le da consuelo y seguridad. La relación con esta figura le proporciona una base segura desde la que, a medida que crece, puede salir a explorar el mundo, sabiendo que siempre puede volver y que siempre será acogido, cuidado, tranquilizado y reconfortado.
Este mismo vínculo de amor hace que el progenitor alimente al bebé, lo proteja y no lo abandone.
Al igual que todos los vínculos humanos, el bonding es un proceso complejo y articulado, lleno de estímulos e influencias: de hecho, está condicionado por el entorno, las características de los padres, el tipo de parto, el estado de salud de la madre y del bebé, etc.
Los elementos fundamentales del bonding son el contacto visual y táctil, el sentido del olfato, la vocalización y la comunicación, las reacciones del bebé, la lactancia materna y los ritmos y biorritmos de los padres y su hijo.