Nueva encuesta sobre la lactancia en los primeros 18 meses
¿Qué dicen más de 2.200 madres en Italia y España?
Empezamos a ser padres mucho antes del nacimiento de un hijo. Sucede cuando se descubre que se está esperando un bebé y, a veces, incluso antes, cuando se encara el deseo, o incluso el simple pensamiento, de tenerlo.
Desde la más tierna infancia, alimentarse no solo es importante desde el punto de vista biológico, sino también psicológico, social y cultural. Nada más nacer, el bebé se acerca al pecho de la madre para favorecer el agarre y el buen inicio de la lactancia. De esta manera, el pequeño recibe el mejor alimento posible y se refuerza el vínculo profundo entre la mamá y el niño, el llamado bonding. Con el paso de los meses, los momentos vinculados a la lactancia y a los primeros purés continúan teniendo una relevancia fundamental también en el aspecto de las relaciones y el desarrollo psicofísico.
Los primeros meses de vida constituyen una etapa de enormes progresos y conquistas extraordinarias. Día tras día, el bebé crece y toma el control de su cuerpo, se refuerza, construye las defensas inmunitarias, aprende a gestionar sus emociones, a reconocer las voces de sus personas queridas y a comunicarse con ellas. ¿Cómo puede trabajar tan intensamente si pasa dos tercios de la jornada durmiendo?
En este capítulo, descubriremos lo determinante que es el sueño para la activación de procesos y mecanismos fisiológicos indispensables para el crecimiento y el desarrollo de sus competencias.
Desde el embarazo, existe un único pensamiento fijo: que el bebé esté bien. Hoy sabemos que la salud presente y futura del niño recibe una fuerte influencia del estilo de vida y de las decisiones que se toman antes y durante el embarazo, así como en sus primeros años de vida. Por lo tanto, la mamá y el papá pueden contribuir a establecer bases sólidas sobre las que apoyar la salud del niño de hoy y el adulto de mañana.
Cuidar a un niño no solo significa alimentarle correctamente, velar por su salud y asegurarle las mejores condiciones para un descanso sano. Significa ofrecerle atenciones, mimos y abrazos, y responder a sus necesidades con conciencia. Significa preparar un ambiente acogedor y tranquilo en el seno de la familia en el que pueda sentirse protegido y seguro. A través de pequeños, pero fundamentales, gestos cotidianos, los papás pueden hacer mucho para favorecer su bienestar y su desarrollo psicofísico.
El desarrollo del niño es un proceso complejo, en el que no existen etapas ni competencias precisas en función de la edad, caracterizado por momentos de rápido desarrollo y de inevitables regresiones.
La oferta de productos de puericultura es muy amplia y diversificada, y responde a los diferentes gustos y a las múltiples necesidades funcionales de las personas que van a cuidar al bebé.
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