Rooming-in 2.0: Las nuevas fronteras del proceso de nacimiento

El rooming-in, es decir, la permanencia continua del recién nacido en la misma habitación que la madre las 24 horas del día desde las primeras horas de vida, representa un enfoque fundamental para promover la salud neonatal y materna. Esta práctica no se limita a la simple colocación física del recién nacido junto a la madre, sino que favorece un contacto precoz y constante que sostiene procesos fisiológicos, psicológicos y conductuales críticos durante el postparto.

Desde el punto de vista fisiológico, la cercanía continua estimula la liberación de oxitocina materna, esencial no solo para las contracciones uterinas postparto y el control del sangrado, sino también para facilitar la subida precoz de la leche y sostener la producción láctea a lo largo del tiempo. Para el recién nacido, el contacto directo con la madre regula el sistema nervioso autónomo, reduciendo los niveles de cortisol, mejorando la termorregulación y estabilizando la frecuencia cardíaca y respiratoria. Además, el rooming-in facilita el aprendizaje de las señales neonatales por parte de la madre, mejorando la capacidad de reconocer signos de hambre y sueño, elemento clave para el inicio de una lactancia eficaz y para la construcción de un vínculo afectivo seguro.

En el plano psicológico, la permanencia continuada con el recién nacido refuerza la competencia materna percibida (maternal self-efficacy), reduce la ansiedad y el estrés postparto y promueve conductas sensibles y responsivas hacia el bebé. Estudios clínicos han evidenciado que las madres que adoptan el rooming-in muestran mayor confianza en la gestión del recién nacido, mayor satisfacción postparto y mejores indicadores de interacción madre–bebé, con efectos positivos a largo plazo en el desarrollo socioemocional del niño.

Rooming-in y promoción de la lactancia materna

El rooming-in se inserta, además, en el contexto de las estrategias internacionales para la promoción de la lactancia materna, tal como se describe en los 10 Pasos para la Lactancia Materna de UNICEF/OMS, en los que la cercanía continua entre madre y bebé constituye un componente transversal que influye directamente en el inicio precoz, la frecuencia de las tomas y la duración de la lactancia exclusiva. La adopción generalizada del rooming-in representa por tanto no solo una medida organizativa, sino una verdadera intervención clínica basada en evidencias científicas consolidadas (Fig. 1).

A pesar de los numerosos beneficios, el rooming-in debe implementarse con atención a la seguridad, especialmente en las primeras horas de vida y durante la noche, a fin de prevenir riesgos como caídas o muerte súbita neonatal inesperada, mediante protocolos adecuados, formación del personal sanitario y educación de la madre.

Beneficios fisiológicos y conductuales del rooming-in

1. Regulación neuroendocrina
   La proximidad continua incrementa la liberación de oxitocina materna, favoreciendo:

• • contracciones uterinas eficaces en el postparto,
  • estabilización emocional,
  • mayor eyección de la leche.

En el recién nacido, el contacto con la madre modula el eje del estrés (HPA), reduciendo el cortisol, mejorando la termorregulación y la estabilidad cardiorrespiratoria.

2. Inicio precoz y mantenimiento de la lactancia
   El rooming-in favorece la interpretación de las señales neonatales (movimientos, rooting, manos a la boca), promoviendo una lactancia a demanda, la cual se asocia con:

• • mayor producción láctea,
  • aumento de la duración de la lactancia,
  • reducción de las suplementaciones innecesarias.

Los estudios clínicos muestran que la separación madre–recién nacido en las primeras horas de vida compromete el inicio de una succión eficaz y reduce la tasa de lactancia exclusiva en las semanas siguientes.

3. Estabilidad fisiológica del recién nacido
   El rooming-in contribuye a la estabilidad:

• • glucémica,
  • térmica,
  • cardiorrespiratoria,
  • inmunológica gracias al mayor contacto cutáneo y a la succión precoz del calostro.

4. Refuerzo de la relación madre–recién nacido
   La interacción continua ayuda a la madre a desarrollar competencia y confianza en el cuidado del recién nacido (autoeficacia materna), un elemento protector frente a la ansiedad y la depresión postparto.

Los “10 Pasos de UNICEF para la Lactancia” y el papel central del rooming-in

UNICEF y la OMS definen 10 Pasos basados en pruebas científicas que apoyan la lactancia y la relación madre–bebé. El rooming-in está directamente relacionado con varios de estos pasos.

1. Tener políticas escritas sobre lactancia, conocidas por todo el personal.
2. Formar al personal sanitario para aplicar las competencias necesarias.
3. Informar a todas las madres sobre los beneficios y la gestión de la lactancia.
4. Apoyar el inicio de la lactancia dentro de la primera hora de vida.
5. Mostrar a las madres cómo amamantar y cómo mantener la producción de leche incluso si están separadas de su bebé.
6. No administrar alimentos ni líquidos distintos de la leche materna, salvo indicaciones clínicas.
7. Permitir la convivencia continuada en la misma habitación entre madre y recién nacido (rooming-in) las 24 horas del día.
8. Favorecer la lactancia a demanda.
9. No administrar tetinas ni chupetes a los recién nacidos amamantados.
10. Promover la continuidad de la asistencia mediante redes territoriales y apoyo tras el alta.

Rooming-in como estrategia multidimensional

El rooming-in se confirma como una estrategia multidimensional capaz de influir positivamente en múltiples resultados de salud materno–neonatal. Además de los beneficios consolidados para la lactancia y el bonding, contribuye al fortalecimiento de las competencias parentales, favorece la adaptación fisiológica del recién nacido y promueve un entorno de cuidados centrado en la familia. La práctica continuada del rooming-in facilita asimismo la detección precoz de posibles signos clínicos o fisiológicos del recién nacido, permitiendo intervenciones rápidas, y favorece la continuidad asistencial entre el hospital y el domicilio, integrándose con redes territoriales de apoyo a la madre y al bebé.

Desde el punto de vista de las políticas sanitarias, la implementación sistemática del rooming-in representa un indicador de la calidad de la atención postparto, ya que refleja la capacidad del sistema para conjugar seguridad, eficacia clínica y promoción del bienestar psicológico. La adopción generalizada de esta práctica puede contribuir a reducir intervenciones innecesarias, fomentar conductas de cuidado responsivas y crear un modelo de atención centrado en la relación madre–recién nacido.

Por último, aunque los datos científicos confirman numerosos beneficios, persisten áreas en las que se necesitan más investigaciones: el impacto del rooming-in en los resultados a largo plazo, las estrategias óptimas de vigilancia nocturna y su papel en contextos de alto riesgo (madres con analgesia postcesárea o condiciones médicas complejas). La continua producción de evidencias de calidad podrá perfeccionar las guías clínicas, optimizar los protocolos de seguridad y consolidar el rooming-in como práctica estandarizada y universal, capaz de maximizar los beneficios para las madres, los recién nacidos y los sistemas sanitarios.