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Artículos científicos

Neuroplasticidad materna y transferencia neuronal fetal: implicaciones para el vínculo madre-hijo

FOCUS: Familia y maternidad

El embarazo induce profundas modificaciones neurobiológicas en el cerebro materno, configurando un proceso de neuroplasticidad adaptativa que favorece el cuidado, la regulación afectiva y la sensibilidad interpersonal.

Estudios recientes sugieren que, además de la reorganización neuronal materna, durante la gestación ocurre una transferencia celular bidireccional entre la madre y el feto, conocida como microquimerismo fetomaterno.

Evidencias emergentes indican que las células neuronales maternas pueden migrar hacia el feto y permanecer en el organismo del recién nacido durante toda la vida, con posibles implicaciones en el vínculo permanente entre madre e hijo.

Este artículo analiza las bases neurobiológicas de la neuroplasticidad materna y el posible papel del microquimerismo neuronal en la construcción de un lazo afectivo profundo y persistente.

El embarazo representa un evento neurobiológico y endocrino de notable complejidad, que conlleva adaptaciones significativas a nivel sistémico y cerebral.
La neuroplasticidad materna, definida como la capacidad del cerebro de la madre para reorganizarse estructural y funcionalmente en respuesta al embarazo y al posparto, ha sido confirmada por numerosos estudios de neuroimagen.
Este proceso permite que la madre desarrolle comportamientos prosociales, empáticos y diádicos, funcionales para el cuidado del futuro recién nacido.

Al mismo tiempo, se ha observado un fenómeno todavía poco conocido pero biológicamente fascinante: la migración de células maternas, incluidas células neuronales, hacia el feto, y su permanencia a largo plazo en los tejidos fetales, incluido el cerebro.
Este fenómeno, parte del proceso más amplio de microquimerismo celular, podría representar la base biológica de un vínculo madre-hijo que trasciende la relación afectiva, configurándose como una conexión celular permanente.

Neuroplasticidad cerebral durante el embarazo

Durante la gestación, el cerebro materno experimenta modificaciones estructurales y funcionales evidentes.
Estudios con imágenes de resonancia magnética (IRM) han demostrado una reducción del volumen de la sustancia gris en áreas corticales implicadas en el procesamiento socioemocional y en la teoría de la mente (como la corteza prefrontal medial y la unión temporoparietal).
Esta reducción no es patológica, sino que representa una especialización neuronal que optimiza la activación de las redes cerebrales implicadas en la percepción y respuesta a las necesidades del recién nacido.

Además, se observa un aumento de la conectividad funcional en las áreas límbicas (amígdala, hipotálamo, corteza cingulada anterior), que modulan las respuestas afectivas, el comportamiento materno y el apego.
El incremento de los niveles de oxitocina, estrógenos y prolactina actúa como mediador neuroendocrino de estos cambios, facilitando la empatía y la regulación emocional.

¿Qué es el microquimerismo feto-materno?

El microquimerismo es un fenómeno de origen inmunológico caracterizado por la presencia, en un individuo, de un número limitado de células genéticamente distintas de su propio genoma. Esta condición puede surgir tras tratamientos terapéuticos (como transfusiones o trasplantes), pero ocurre de forma natural y fisiológicamente significativa durante el embarazo.

Durante la gestación se produce una transferencia celular bidireccional entre madre y feto a través de la placenta, que permite la migración de células fetales hacia el cuerpo materno y, a la inversa, de células maternas hacia los tejidos fetales.
Este intercambio crea un microquimerismo fetomaterno (FMc) y maternofetal (MMc), cuyos efectos biológicos, inmunológicos y neurofisiológicos son actualmente objeto de creciente interés científico.

Dinámicas celulares: migración e implantación

Las células fetales que llegan al organismo materno suelen incluir células madre hematopoyéticas o mesenquimales. Una vez que penetran en la circulación sistémica, son capaces de colonizar diversos tejidos y órganos, incluidos los pulmones, la médula ósea, el hígado, los riñones, el corazón, el bazo e incluso el sistema nervioso central, atravesando la barrera hematoencefálica.

Paralelamente, células maternas, entre ellas células madre hematopoyéticas y precursores neuronales, pueden migrar hacia el flujo sanguíneo fetal, alcanzando órganos en desarrollo, incluido el cerebro. Este fenómeno de microquimerismo maternofetal evidencia que el feto también puede convertirse en un organismo quimérico que contiene células procedentes de la madre.

En particular, la presencia de células neuronales maternas en el cerebro fetal, potencialmente persistentes durante toda la vida, sugiere la existencia de una “huella biológica materna permanente” en el sistema nervioso central del hijo.
Estudios en modelos animales indican que estas células pueden integrarse en los circuitos neuronales y participar en los procesos cognitivos, emocionales y conductuales, abriendo una nueva perspectiva en la neurobiología del desarrollo.

Tolerancia inmunológica y el paréntesis del embarazo

La coexistencia de células ajenas dentro de un organismo, como ocurre durante el embarazo, representa un paradigma inmunológico: el feto, que contiene antígenos paternos, constituye un aloinjerto semialogénico. En condiciones normales, una entidad de este tipo sería objeto de rechazo inmunitario.

Los modelos clásicos postulaban que el sistema inmunitario materno se encontraba simplemente “silenciado” o que el feto era “no inmunogénico”. Sin embargo, evidencias más recientes han refutado estas interpretaciones. El sistema inmunitario materno reconoce la presencia fetal y adopta de manera activa mecanismos de tolerancia periférica, evitando así una respuesta citotóxica.

El propio microquimerismo podría constituir un mecanismo inmunorregulador, en el cual las células fetales actúan como señales inmunomoduladoras que contribuyen a mantener el equilibrio inmunológico necesario para la continuación del embarazo. Desde esta perspectiva, la gestación no es una condición de inmunosupresión generalizada, sino una cohabitación inmunológicamente mediada, caracterizada por una comunicación celular activa entre madre y feto.

Persistencia a largo plazo e implicaciones sistémicas

Uno de los aspectos más relevantes y fascinantes del microquimerismo es la persistencia prolongada de las células quiméricas en los tejidos del huésped.
Se han identificado células fetales décadas después del parto en tejidos maternos, incluidos el cerebro, el corazón, los pulmones y la médula ósea.

Un caso emblemático es la detección de ADN masculino en el cerebro de una mujer de 94 años, lo que sugiere que las células fetales pueden integrarse incluso en órganos con una renovación celular extremadamente baja. Estas células no parecen ser simples “residuos” del embarazo, sino que podrían desempeñar funciones fisiológicas activas, como la reparación tisular, la inmunomodulación o la regulación local.

De forma análoga, las células maternas presentes en el feto pueden integrarse en estructuras en desarrollo y contribuir a la arquitectura celular permanente de órganos como el cerebro, convirtiendo así a la madre en una presencia biológica constitutiva del hijo.

Implicaciones clínicas potenciales

El microquimerismo fetomaterno y maternofetal plantea cuestiones relevantes en los ámbitos médico, inmunológico y neurológico.
Las implicaciones hipotéticas incluyen:

  • Función protectora o regenerativa: las células quiméricas podrían actuar como una reserva celular para la regeneración o la homeostasis tisular.
  • Riesgo autoinmune: la persistencia no controlada o la activación inapropiada podrían contribuir al desarrollo de enfermedades autoinmunes en individuos predispuestos (p. ej., lupus, tiroiditis autoinmune, esclerosis sistémica).
  • Influencia neuroconductual: las células maternas en el cerebro fetal podrían influir en la actividad neuronal, la regulación afectiva o la susceptibilidad psiquiátrica.
  • Fertilidad y embarazos futuros: la presencia de células fetales en los tejidos maternos puede modificar el entorno inmunológico uterino, afectando la receptividad endometrial y la tolerancia inmunológica en gestaciones posteriores.

Sin embargo, gran parte de estos efectos aún requiere ser esclarecida mediante estudios longitudinales y moleculares más amplios.

Órgano/Tejido Evidencia de presencia Rol/Potencial función
Cerebro ADN masculino detectado en neocorteza, hipocampo,
cerebelo y médula espinal
Posible protección contra la enfermedad de Alzheimer.
Podría influir en el apego madre-hijo
Corazón Las células fetales colonizan el tejido cardíaco Potencial función en la reparación y regeneración
de tejidos dañados
Pulmones Frecuentemente halladas en el tejido pulmonar,
en cantidad decreciente en bazo e hígado
Contribuyen a la reparación y mantenimiento
de los tejidos
Tiroides Identificadas en tejido tiroideo Posible papel en la regulación del metabolismo materno
Piel Detectadas en la dermis Pueden participar en la cicatrización (p. ej., cesárea)
Tejido mamario Frecuentemente observadas en glándula mamaria normal Posible función activa en la lactancia (p. ej., señalización
de la producción de leche).

Tabla 1. Principales sitios de colonización de células microquiméricas fetales y su posible función biológica.

 

Vínculo madre–neonato

El concepto de bonding describe el lazo afectivo temprano que se establece entre la madre y el recién nacido, esencial para el desarrollo saludable del niño tanto a nivel psicológico como neurobiológico. El bonding está mediado por mecanismos hormonales (oxitocina, dopamina), conductuales (cuidado, contacto piel con piel) y relacionales (reflejo, sintonización afectiva). A la luz de las evidencias sobre el microquimerismo neuronal, se plantea la hipótesis de que dicho vínculo no es solo psicológico, sino también biológico y celular. La presencia de neuronas maternas en el sistema nervioso del feto podría constituir un sustrato neurobiológico concreto del vínculo afectivo intergeneracional.
Esto explicaría, al menos en parte, por qué muchas madres e hijos experimentan una forma de conexión “invisible pero profunda”, que persiste incluso en ausencia de contacto continuo. Además, la presencia de células neuronales maternas en el cerebro del hijo podría actuar como modulador epigenético, influyendo en la respuesta al estrés, la regulación afectiva e incluso la vulnerabilidad a trastornos neuropsiquiátricos, según la calidad de la relación madre-hijo.

La neuroplasticidad materna y la transferencia neuronal intergeneracional representan dos caras del mismo fenómeno biológico: la transformación neurobiológica de la maternidad.
La madre, mediante modificaciones cerebrales adaptativas, se prepara para el cuidado; y al mismo tiempo, transmite al feto no solo material genético y epigenético, sino también células vivas, incluidas potencialmente células neuronales, que permanecerán en el organismo del hijo durante toda su vida.
Estas evidencias sugieren una perspectiva novedosa y fascinante: el vínculo madre–neonato no es únicamente una construcción psicoafectiva, sino también una realidad celular y neurobiológica permanente.
Los estudios futuros deberán aclarar el papel funcional de estas células maternas en el cerebro del hijo, su impacto sobre el comportamiento y su influencia en las trayectorias del desarrollo neurológico.

 

El microquimerismo fetomaterno es un fenómeno biológico complejo que ocurre durante el embarazo y consiste en el intercambio de células entre la madre y el feto.
Este intercambio es bidireccional: células fetales pasan a la madre, y células maternas llegan al feto. Sorprendentemente, algunas de estas células pueden sobrevivir durante décadas dentro de los tejidos del otro, creando una presencia celular permanente. Este fenómeno ha transformado profundamente la comprensión del vínculo entre madre e hijo, revelando un bonding biológico que trasciende el parto y que involucra la memoria celular.

En el contexto materno-infantil, las células microquiméricas pueden tener efectos diferentes según el entorno en el que se encuentren y su cantidad. En algunos casos, parecen tener funciones protectoras y regenerativas, contribuyendo a la reparación tisular o a la protección frente a determinadas enfermedades, como el Alzheimer o el cáncer de mama. En otros casos, sin embargo, su presencia se ha asociado con enfermedades autoinmunes o con ciertos tipos de tumores, como el carcinoma de colon. Esto demuestra que el microquimerismo no es intrínsecamente positivo ni negativo, sino que su efecto depende del contexto biológico.

A pesar del creciente interés científico, la investigación sobre este tema se encuentra aún en sus inicios. Muchas de las observaciones actuales son de tipo correlacional, más que demostraciones directas de causa y efecto. Por ello, es fundamental que los estudios futuros se centren en comprender los mecanismos biológicos e inmunológicos que regulan este fenómeno.

 

Las posibles aplicaciones clínicas del microquimerismo son muy prometedoras. Entre ellas:

  • el desarrollo de pruebas diagnósticas no invasivas durante el embarazo,
  • la evaluación temprana del riesgo de ciertas patologías maternas, y
  • el uso de células fetales en medicina regenerativa, gracias a su capacidad de transformación y reparación tisular.

Además, integrar el estudio del microquimerismo en un enfoque de medicina de género y materno-infantil podría mejorar la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades que afectan específicamente a las mujeres durante y después del embarazo.

En conclusión, el microquimerismo fetomaterno es mucho más que una simple curiosidad biológica: representa un puente celular entre madre e hijo que perdura en el tiempo.
Este fenómeno nos recuerda que el vínculo materno-infantil no es solo emocional o psicológico, sino también biológico y celular, inscrito en el cuerpo y los tejidos de ambos.

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Microchimerismo materno fetale: cos’è? | Mamma Felice, https://www.mammafelice.it/2024/09/18/microchimerismo-materno-fetale-cose/

Microchimerismo: Il legame perenne tra madre e figlio – Unica Radio, https://www.unicaradio.it/blog/2025/06/14/microchimerismo-il-legame-perenne-fra-madre-e-figlio/

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