Artículos científicos
Modalidades de nacimiento: entre biología, emociones y decisiones obstétricas
El parto es un evento biológico y psicológico de extraordinaria complejidad (Klaus et al., 1993). Este proceso fisiológico multifactorial implica una compleja interacción entre los sistemas endocrino, neurobiológico y muscular, y determina no solo el nacimiento físico del recién nacido, sino también el inicio de importantes procesos psicosomáticos en la madre y el bebé.
Las principales formas de parto
Las dos principales formas de nacimiento son:
- Parto vaginal, que puede ser espontáneo o inducido
- Parto por cesárea, que es una intervención quirúrgica.
Estas influyen profundamente en la experiencia materna, modulando el estrés, la percepción del dolor y la respuesta neuroendocrina, y afectan el establecimiento del vínculo madre-recién nacido. Además, el tipo de parto determina el primer contacto del bebé con el microbioma materno, con implicaciones a largo plazo para la salud inmunológica y metabólica.
Comprender cómo cada modalidad de parto condiciona estos aspectos fisiológicos y psicosomáticos es esencial para optimizar el bienestar perinatal y las estrategias de apoyo obstétrico.
La experiencia neonatal del parto
El recién nacido vive el parto como una transición crítica e intensa, que implica múltiples adaptaciones fisiológicas y sensoriales fundamentales para su supervivencia y desarrollo.
Durante el trabajo de parto y el nacimiento, el bebé está expuesto a estímulos mecánicos, químicos y ambientales que activan respuestas neuroendocrinas cruciales. Las contracciones uterinas y la compresión durante el paso por el canal de parto favorecen el drenaje de los líquidos pulmonares, preparando los pulmones para la primera respiración. Al mismo tiempo, la presión y la estimulación táctil activan el sistema nervioso autónomo, facilitando la transición de la vida intrauterina a la extrauterina.
El parto expone al bebé al microbioma vaginal y fecal de la madre, que coloniza su piel y mucosas, contribuyendo a la maduración del sistema inmunológico.
Desde el punto de vista neuropsicológico, el paso por el canal de parto y el contacto inmediato con la madre estimulan la producción de hormonas como la oxitocina y las endorfinas, que modulan el estrés y favorecen el primer vínculo afectivo (bonding).
El parto vaginal: natural e inducido
Parto espontáneo
El parto vaginal espontáneo, definido como el proceso espontáneo sin intervenciones farmacológicas ni quirúrgicas, representa el paradigma fisiológico del nacimiento.
Durante esta modalidad, la cascada endocrina coordinada por el hipotálamo, la hipófisis, la placenta y el útero produce oxitocina endógena, prostaglandinas y beta-endorfinas, que favorecen la progresión del trabajo de parto y modulan la percepción del dolor (Buckley, 2015).
Desde el punto de vista psicosomático, el parto natural estimula la conexión mente-cuerpo a través de la producción de neuropéptidos, que inducen estados de calma, atención enfocada y resiliencia al estrés. Esto optimiza las respuestas adaptativas de la madre, facilitando la formación temprana del vínculo con el recién nacido y su bienestar.
Parto inducido
La inducción del parto, una práctica cada vez más común, se basa en el uso de agentes farmacológicos como la oxitocina sintética o las prostaglandinas para iniciar o acelerar el trabajo de parto ante indicaciones médicas.
Aunque puede prevenir complicaciones perinatales, la inducción altera la fisiología natural y puede afectar la modulación neuroendocrina del dolor y del estrés.
Estudios psicosomáticos muestran que una inducción temprana, especialmente si no se explica adecuadamente, puede aumentar la sensación de pérdida de control y la ansiedad materna, afectando la adaptación durante el parto y el posparto. Por eso, una gestión empática e informada es esencial para cada mujer gestante.
Parto por cesárea: un enfoque quirúrgico
La cesárea es un procedimiento médico ampliamente utilizado, que ofrece una alternativa segura y planificada al parto natural.
En los últimos años, gracias a los avances en las técnicas quirúrgicas y en el cuidado postoperatorio, la cesárea se ha refinado significativamente, permitiendo que las mujeres vivan una experiencia de nacimiento más tranquila y controlada.
Hoy en día es posible integrar la cesárea con prácticas que favorecen el bienestar emocional de la madre y el bebé, como el contacto piel con piel inmediato y la lactancia precoz. Un enfoque multidisciplinario que incluya apoyo psicológico y técnicas de recuperación personalizadas contribuye a hacer de la cesárea una experiencia positiva y completa, que fortalece el vínculo madre-hijo y el bienestar general.
Epidural: manejo del dolor
La anestesia epidural, ampliamente utilizada para el control del dolor durante el parto, consiste en la inyección de anestésicos locales en el espacio epidural, bloqueando la transmisión de los impulsos del dolor.
Aunque efectiva para reducir el dolor físico, la epidural puede interferir con las respuestas neuroendocrinas naturales, como la producción de oxitocina endógena, lo que puede afectar la progresión del trabajo de parto y la percepción de la experiencia.
Desde una perspectiva psicosomática, la reducción del dolor puede disminuir el estrés agudo, pero también puede modificar la participación activa de la mujer en el proceso de nacimiento, afectando su sensación de control y la calidad de la experiencia emocional. La elección informada y el apoyo continuo son, por tanto, fundamentales.
Conclusiones
La elección del tipo de parto, aunque influida por factores clínicos esenciales, debe tener en cuenta las dimensiones fisiológicas, psicológicas y sociales de la mujer. El enfoque cada vez más holístico refleja la conciencia de que el parto no es solo un evento médico, sino una experiencia profundamente vivida que moldea la relación madre-recién nacido y el bienestar psicosomático a largo plazo.
Beck, C. T. (2004). Post-traumatic stress disorder due to childbirth: The aftermath. Nursing Research.
Buckley, S. J. (2015). Hormonal physiology of childbearing: Evidence and implications for women, babies, and maternity care. Childbirth Connection.
Halpern, S. H., & Douglas, M. J. (2011). Epidural analgesia and obstetric outcomes: A systematic review. American Journal of Obstetrics and Gynecology.
Lindeberg, S., et al. (2016). Epidural analgesia and labor progression: A systematic review. Journal of Perinatal Medicine.
Simpson, K. R., et al. (2017). Induction of labor: Current status and future directions. American Journal of Obstetrics and Gynecology.
Silver, R. M., et al. (2016). Cesarean delivery and postpartum depression: A review of the evidence. Clinical Obstetrics and Gynecology.
Stolzenberg, D. S., & Numan, M. (2011). Neurobiology of maternal behavior. Frontiers in Neuroendocrinology.
Villar, J., et al. (2006). Caesarean delivery rates and maternal and neonatal mortality in low-, middle-, and high-income countries: An ecological study. PLoS Medicine.
Waldenström, U. (2004). Labor pain relief and women’s satisfaction with childbirth: A review of the literature. Journal of Midwifery & Women’s Health.