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Artículos científicos

La microbiota: un mundo de bacterias y anticuerpos que protegen a madre e hijo

FOCUS: El recién nacido y el frío
ESTE ARTÍCULO PERTENECE AL PRINCIPIO DEL BIENESTAR DEL BEBÉ: El desarrollo armónico del niño

Cuando pensamos en la salud de nuestro cuerpo, rara vez nos paramos a pensar en el amplio ejército de bacterias que vive en su interior. Pero sí, nuestro cuerpo es un hábitat para millones de bacterias, hongos y otros microorganismos, conocidos colectivamente como la microbiota. Y no te preocupes, ¡no se trata de cosas de «extraterrestres»! Estas bacterias son cruciales para nuestra salud, hasta el punto de que, durante el embarazo, su papel se vuelve aún más importante, no solo para ti, sino también para tu pequeño en camino.

La magia de la transmisión vertical

Durante el embarazo, las bacterias beneficiosas no son solo huéspedes silenciosos, sino protagonistas de un proceso llamado transmisión vertical. En la práctica, la microbiota materna se transfiere al bebé, como si se tratara de una «caja de herramientas» invisible. Incluso antes de nacer, el bebé empieza a recibir estas bacterias «amigas» a través de diferentes vías del cuerpo materno, incluyendo la placenta y, por supuesto, durante el parto. Este proceso ayuda al bebé a desarrollar su sistema inmunitario y a «familiarizarse» con su entorno. Algo así como una «bienvenida» al mundo exterior.

El papel fundamental de la lactancia materna

Pero el viaje de la microbiota no termina con el nacimiento. La lactancia desempeña un papel fundamental en este proceso de formación. La leche materna no solo proporciona alimento, sino que también es una fuente de oro de anticuerpos, nuestros centinelas inmunitarios. Estos anticuerpos protegen al recién nacido de las infecciones y le ayudan a crear un sistema inmunitario fuerte capaz de defenderse. Por eso, la lactancia materna es uno de los regalos más poderosos que puedes hacerle a tu bebé: además de un refuerzo alimentario, es un escudo inmunitario natural.

Anticuerpos e inmunidad: el cuerpo en acción

Los anticuerpos son proteínas especializadas que nuestro cuerpo produce para combatir agentes patógenos, como virus y bacterias malas. Son como pequeños «soldados» que reconocen y destruyen cualquier cosa que pueda dañar nuestra salud. Durante la lactancia, la madre transfiere estos anticuerpos a su bebé, proporcionándole una protección inmediata que durará hasta que el bebé desarrolle su propio sistema inmunitario. La inmunidad, por tanto, es nuestro sistema de defensa contra las enfermedades. Gracias a la transmisión vertical y a la lactancia materna, el bebé adquiere una protección fundamental durante los primeros meses de vida.

Bacterias buenas y malas: los héroes de la microbiota

Hablemos ahora de las bacterias. Sí, lo sabemos, el término «bacterias» a menudo suena amenazador, ¡pero no todas las bacterias son enemigas! De hecho, en nuestro cuerpo hay bacterias buenas y bacterias malas. Las bacterias buenas son las que mantienen nuestro sistema en equilibrio, facilitan la digestión y protegen al organismo de agentes patógenos nocivos. Por el contrario, las bacterias malas son las que, cuando están presentes en exceso, pueden causar infecciones. La clave de una microbiota sana es el equilibrio. Una dieta sana, ejercicio y un estilo de vida equilibrado ayudan a mantener este equilibrio entre bacterias buenas y malas.

Por qué el alcohol y el tabaco durante el embarazo son malos para la microbiota

Ahora, un tema serio e importante: durante el embarazo, es esencial evitar el alcohol y el tabaco, no solo por tu propio bienestar, sino también por el de tu bebé. Estos factores afectan negativamente a la microbiota y pueden alterar el equilibrio entre bacterias buenas y malas, aumentando el riesgo de infecciones y complicaciones.
Fumar, en particular, puede dañar la flora intestinal de la madre, y algunos estudios sugieren que puede afectar al desarrollo de la microbiota del bebé. El alcohol puede reducir la capacidad del sistema inmunitario para funcionar correctamente, reduciendo la eficacia de los anticuerpos que se transfieren al bebé durante la lactancia.
La microbiota es un mundo fascinante de bacterias que trabajan en silencio para mantener tu salud y la de tu bebé. Presta atención a cómo mantienes tu cuerpo en equilibrio, comiendo sano, evitando el alcohol y el tabaco y prestando atención a la lactancia. La microbiota no es solo bacterias, es protección, defensa y amor: un regalo que se transmite de madre a hijo, de generación en generación.

PARA SABER: El término microbiota se refiere al conjunto de microorganismos, como bacterias, hongos, virus y otros microorganismos, que viven dentro de un organismo, en particular en el cuerpo humano. Estos microorganismos colonizan distintas zonas de nuestro cuerpo, como el intestino, la piel, la boca y las vías respiratorias, y desempeñan un papel clave en nuestra salud. La microbiota intestinal, por ejemplo, está formada por miles de millones de bacterias que ayudan a la digestión, protegen contra las bacterias nocivas y refuerzan el sistema inmunitario. Una microbiota sana es esencial para el bienestar general, mientras que un desequilibrio (denominado disbiosis) puede estar relacionado con diversas afecciones. En resumen, la microbiota es nuestro «ecosistema microbiano personal», que interactúa continuamente con nuestro cuerpo, influyendo en nuestra salud de formas que aún estamos descubriendo.

CURIOSIDAD: El concepto de microbiota no lo inventó una sola persona, sino que es el resultado de numerosos estudios y descubrimientos en el campo de la microbiología y la medicina. Sin embargo, el término microbiota fue acuñado en los años 90 por la microbióloga alemana Ruth Ley, una de las principales investigadoras en el campo de la microbiología intestinal. Ley, junto con otros científicos, ayudó a explorar el papel de los microorganismos que habitan en nuestro cuerpo y cómo influyen en nuestra salud.

La microbiota del niño sigue desarrollándose y evolucionando durante los primeros años de vida, pero su desarrollo más significativo se produce durante los 2-3 primeros años.

Al nacer, la microbiota del bebé está inicialmente desprovista de bacterias, pero poco después del nacimiento empieza a colonizarse con microorganismos del entorno circundante. Si el parto es vaginal, el bebé entra en contacto con las bacterias maternas y adquiere una microbiota similar a la de la madre. En cambio, si el parto es por cesárea, el bebé adquiere una microbiota más parecida a la de la piel del personal sanitario y del entorno hospitalario.
En los primeros meses de vida, la lactancia materna desempeña un papel fundamental en la formación de la microbiota del lactante. La leche materna contiene azúcares (oligosacáridos) que favorecen el crecimiento de bacterias beneficiosas como las Bifidobacterias y los Lactobacilos. Estas bacterias ayudan a proteger al recién nacido de las infecciones y a desarrollar un sistema inmunitario sano.
Primeros 1-2 años. Durante este periodo, la microbiota del niño sigue diversificándose y estabilizándose, influida por la dieta (introducción de alimentos sólidos) y el entorno. Las interacciones sociales, la exposición a animales, la calidad del entorno doméstico y el uso de antibióticos pueden influir en la composición de la microbiota.
Mamá, tu salud y la de tu bebé están profundamente relacionadas con la microbiota, el conjunto de miles de millones de bacterias, virus y hongos que pueblan el organismo. Este ecosistema invisible, pero crucial desempeña un papel fundamental en nuestro sistema inmunitario, la digestión e incluso nuestro estado de ánimo. Por eso hay que cuidar este extraordinario mundo que habita en nosotros y también en tu hijo.