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Artículos científicos

Impacto de la lactancia materna en el desarrollo craneal del recién nacido

FOCUS: Desarrollo del recién nacido

“El recién nacido no succiona solamente para alimentarse, sino que construye con la boca el equilibrio de su cuerpo y de su desarrollo” – Dr. Michel Odent.

La lactancia materna no es solo un comportamiento nutricional, sino un acto funcional complejo que incide de manera significativa en el desarrollo morfológico y funcional del cráneo y de las estructuras orofaciales del recién nacido. Crecientes evidencias científicas demuestran que la succión fisiológica al pecho favorece un desarrollo craneal armónico, simétrico y proporcionado, en virtud de las fuerzas mecánicas ejercidas durante el acto nutritivo y de la activación neuromuscular específica de los componentes orofaciales.

El presente artículo explora los mecanismos a través de los cuales la lactancia materna modula la forma del cráneo, contribuye a la simetría facial, estimula el crecimiento transversal del paladar y promueve un adecuado desarrollo mandibular y postural. Se discuten además las implicaciones clínicas en la prevención de plagiocefalia posicional, maloclusiones y disfunciones respiratorias orales.

Dinamismo morfogenético y plasticidad craneal fetal

El desarrollo craneal fetal tiene origen ya en las primeras semanas de gestación y sigue una secuencia bien orquestada de eventos morfogenéticos que involucran las hojas embrionarias, en particular el ectodermo y el mesodermo paraxial. El esbozo craneal toma forma a partir de la cuarta semana de vida intrauterina, con la formación de los somitos occipitales y la migración de las células de la cresta neural, fundamentales para la constitución del esqueleto craneofacial, de las meninges y del sistema nervioso periférico.

La base craneal (neurocráneo) se desarrolla por condrificación endocondral, mientras que la bóveda craneal (calvaria) y el viscerocráneo se forman predominantemente por osificación membranosa directa. Las suturas craneales (sagital, coronal, lambdoidea, metópica) permanecen abiertas para permitir el rápido crecimiento del volumen encefálico, que entre la semana 20 de gestación y el término del embarazo pasa de aproximadamente 75 ml a más de 370 ml.

Ya a partir del segundo trimestre, el cráneo fetal asume una configuración típica: la calota craneal está compuesta por huesos delgados y relativamente flexibles, separados por suturas y fontanelas, mientras que la base craneal se consolida progresivamente para ofrecer soporte a la formación encefálica y a las vías sensoriales. La plasticidad craneal es funcional no solo al crecimiento cerebral, sino también a la futura capacidad del cráneo de adaptarse a las fuerzas compresivas durante el parto vaginal.

Moldeado craneal del recién nacido

El paso del recién nacido a través del canal del parto representa un evento biomecánico crítico que impone al cráneo fuerzas de compresión, corte y torsión. Para enfrentar este desafío biomecánico, el recién nacido dispone de una estructura craneal altamente adaptable:

  • Las suturas craneales actúan como articulaciones fibrosas móviles, permitiendo un fenómeno de superposición (overlapping) entre los huesos parietales, frontales y occipitales.
  • Las fontanelas (anterior y posterior), regiones de membrana conectiva no osificada, funcionan como zonas de absorción de presiones y como espacios de expansión.
  • Los huesos de la calota craneal (en particular los parietales y el occipital) son deformables y no completamente fusionados, lo que permite una modelación temporal de la forma craneal para facilitar la expulsión.

Durante el parto vaginal, la cabeza fetal sufre una modelación dinámica, que puede conllevar variaciones morfológicas transitorias (como asimetrías, aplanamientos, protrusiones) que se resuelven fisiológicamente en las primeras semanas postnatales, siempre que la adaptación neuromuscular y postural sea eficaz.

La modalidad del parto influye notablemente en estas adaptaciones:

  • Partos vaginales largos o distócicos pueden aumentar el grado de compresión y el riesgo de asimetrías persistentes (plagiocefalia por modelamiento, torsiones craneales).
  • Cesáreas, en cambio, reducen la exposición del cráneo a las fuerzas compresivas, pero pueden comprometer la activación de algunos reflejos neuro-posturales ligados al canal del parto.
Características anatomo-funcionales del cráneo neonatal post-parto

En el período inmediatamente posterior al nacimiento, el cráneo del recién nacido se presenta como una estructura incompleta, flexible y dinámica, diseñada para acompañar el crecimiento explosivo del cerebro en los primeros años de vida. Las principales características anatomo-funcionales son:

  • Alta plasticidad: las suturas y las fontanelas permiten variaciones morfológicas funcionales a la carga postural y a la interacción ambiental.
  • Asimetrías fisiológicas: frecuentemente presentes en los primeros días, son compatibles con el modelamiento del parto y se corrigen espontáneamente en condiciones de estimulación adecuada.
  • Volumen craneal: al nacer, el cerebro representa aproximadamente el 25% del volumen cerebral adulto, pero alcanza el 75% hacia el segundo año de vida. El cráneo crece en respuesta a la presión ejercida por el crecimiento encefálico (teoría de Virchow).
  • Relación con el sistema orofacial: las estructuras craneales están en estrecha relación funcional con mandíbula, paladar, músculos orales y cervicales, involucrados en la succión y en el control postural.
  • Base craneal inestable: las articulaciones entre bases óseas (como la sincondrosis esfeno-occipital) no están aún soldadas, influyendo en la postura cefálica y en el equilibrio neuromotor.
  • Relación cabeza-cuerpo: el peso de la cabeza es desproporcionadamente grande respecto al cuerpo, con un centro de gravedad muy anterior, condicionando los patrones de succión, respiración y deglución.
Influencia biomecánica de la succión al pecho en el desarrollo craneal y facial

La literatura científica contemporánea ha dejado claro que la modalidad de alimentación en los primeros meses de vida no solo influye en la nutrición y la inmunidad, sino que incide profundamente en la forma y en la armonía del cráneo del recién nacido.

La acción de la succión al pecho activa esquemas musculares fisiológicos que influyen directamente en la organización morfológica del macizo facial y de la base craneal. El recién nacido nace con un cráneo altamente plástico, caracterizado por huesos delgados, suturas móviles y fontanelas abiertas, elementos que permiten un rápido crecimiento encefálico y una adaptación a las solicitaciones mecánicas ambientales. Entre estos estímulos, la lactancia materna juega un papel fundamental en promover un correcto desarrollo craneofacial.

Durante la lactancia al pecho, el recién nacido ejerce una succión negativa intraoral gracias a una coordinación activa y sinérgica de los músculos mandibulares, linguales, labiales y buccinadores. La mandíbula realiza movimientos antero-inferiores, con activación rítmica de los músculos pterigoideos, maseteros y digástricos. Este movimiento cíclico produce tracción y compresión sobre los tejidos óseos en desarrollo, desencadenando procesos de remodelación y crecimiento óseo, según los principios de la biomecánica esquelética.

La cavidad oral y el paladar del recién nacido, en particular, reciben una estimulación transversal y anteroposterior que favorece su expansión armónica. Por el contrario, la alimentación con biberón genera una succión pasiva, con menor activación muscular e impacto biomecánico limitado, predisponiendo a un paladar ojival y a maloclusiones.

El acto de la succión al pecho favorece la simetría funcional de las hemiarcas mandibulares y de los huesos parietales gracias a una distribución equitativa de la carga muscular bilateral. Esto contribuye al desarrollo armónico y proporcionado del cráneo, previniendo asimetrías estructurales. Además, la posición natural durante la toma al pecho, que favorece el contacto piel con piel y la flexión fisiológica de la cabeza, previene el aplanamiento craneal posterior, reduciendo el riesgo de plagiocefalia posicional.

Rol morfogenético y funcional de la lactancia materna

La actividad oromandibular simétrica también está correlacionada con el desarrollo equilibrado de los cóndilos mandibulares y de las articulaciones temporomandibulares (ATM), contribuyendo a una buena función oclusal y postural en el tiempo.

El desarrollo craneofacial influenciado por la lactancia tiene implicaciones también en el sistema respiratorio superior. Un paladar bien desarrollado y una mandíbula correctamente posicionada permiten una permeabilidad óptima de las vías aéreas superiores, reduciendo el riesgo de respiración oral crónica y de apnea obstructiva del sueño infantil.

La evidencia de una correlación entre lactancia materna y desarrollo craneal armónico tiene importantes implicaciones en el ámbito pediátrico, ortodóncico, osteopático y logopédico. El apoyo precoz a la lactancia natural puede representar una intervención preventiva eficaz contra:

  • Plagiocefalia posicional
  • Paladar ojival
  • Retrognatia
  • Maloclusiones dentarias
  • Disfunciones orales (deglución atípica, respiración oral)

 

El análisis integrado del desarrollo craneal neonatal evidencia cómo la lactancia materna representa no solo una estrategia nutricional óptima, sino también un determinante morfogenético fundamental en la construcción de la armonía y de la funcionalidad craneofacial. Las fuerzas biomecánicas y neuromusculares generadas por la succión fisiológica al pecho estimulan activamente la modelación de las estructuras craneales, promoviendo un crecimiento simétrico y proporcionado del neurocráneo y del viscerocráneo.

Tales estímulos funcionales, en estrecha interacción con las características anatómicas postnatales (suturas abiertas, fontanelas, huesos delgados), contribuyen a la prevención de plagiocefalias posturales, dismorfismos oclusales y disfunciones orofaciales. Además, el correcto desarrollo craneal facilita la maduración de las funciones respiratorias, orales y posturales, apoyando una organización neuromotora y sensorial coherente con los principios de la neurofisiología del desarrollo.

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