Artículos científicos
El viaje sensorial del feto
La estimulación sensorial en la etapa prenatal representa un elemento crucial en la maduración del sistema nervioso central y en la organización funcional de las experiencias tempranas. Cada sentido —desde el tacto hasta la audición, pasando por los sistemas vestibular y propioceptivo más complejos— contribuye a la construcción de un mapa multisensorial que orienta al feto en su entorno intrauterino. Este entorno no es un contenedor neutro, sino un ecosistema activo de relaciones, estímulos y respuestas.
Secuencia del desarrollo sensorial
El tacto
El tacto es el primer sistema sensorial que se desarrolla durante la gestación, con respuestas observables alrededor de la 7.ª semana. La maduración de las estructuras somatosensoriales comienza en la región perioral y se extiende progresivamente al resto del cuerpo. El entorno intrauterino, a través del contacto constante con el líquido amniótico y las paredes uterinas, proporciona estímulos táctiles continuos que desempeñan un papel crucial en el desarrollo de la propiocepción, la representación corporal y la orientación espacial. Estas estimulaciones tempranas contribuyen a la formación de los primeros mapas sensoriales y motores a nivel cortical (Gallace & Spence, 2020).
El olfato
El desarrollo del sistema olfativo humano comienza sorprendentemente temprano durante la gestación: las estructuras nerviosas principales, como el bulbo y el tracto olfativo, se forman ya hacia la 9.ª semana, mientras que los receptores olfativos en la mucosa nasal emergen entre la semana 11 y la 13. Aunque el feto no respira aire, puede percibir moléculas olorosas transportadas por el líquido amniótico, que reflejan en gran parte la dieta y el ambiente olfativo materno. Alrededor de la semana 24–26, el sistema olfativo se vuelve funcionalmente activo. Desde ese momento, el feto puede comenzar a “aprender” a través de los olores, desarrollando trazas de memoria que influirán en sus preferencias olfativas después del nacimiento. Estudios recientes muestran que los recién nacidos prefieren olores experimentados en el útero, como el del líquido amniótico y la leche materna, lo que sugiere la existencia de una memoria olfativa precoz. Además, la activación temprana del sistema olfativo contribuye a la maduración de las conexiones límbicas, evidenciando un vínculo directo entre percepción sensorial, regulación emocional y formación del apego (Farnetani, 2020).
El gusto
El desarrollo del sistema gustativo comienza temprano en la gestación, con la formación de las papilas gustativas visible desde la 7.ª–8.ª semana. Los botones gustativos, estructuras especializadas situadas principalmente en la superficie de la lengua, pero también en el paladar blando, la faringe y la epiglotis, comienzan a madurar en las semanas siguientes, alcanzando una estructura funcionalmente activa hacia la semana 20. Para el quinto mes de embarazo, el feto es capaz de activar el sistema gustativo, mostrando respuestas fisiológicas y conductuales diferenciadas ante distintos sabores como dulce, salado, amargo y ácido. Estas respuestas son observables, por ejemplo, a través de variaciones en los patrones de deglución y expresiones faciales fetales detectadas mediante ecografía 4D. Se ha demostrado que las moléculas gustativas ingeridas por la madre, y transmitidas al líquido amniótico, influyen en el entorno sensorial prenatal, contribuyendo a la construcción de las preferencias alimentarias postnatales. Este proceso de exposición temprana representa una forma de aprendizaje sensorial que puede modular el comportamiento alimentario del recién nacido y del niño en los primeros años de vida (Ventura & Worobey, 2020).
La audición
La audición es uno de los sentidos más estudiados en la etapa fetal: entre la semana 25 y la 28, el feto es capaz de percibir y distinguir sonidos tanto de origen endógeno (como el latido cardíaco materno o los sonidos viscerales) como exógeno (voces, música, ruidos ambientales). Estudios han demostrado que la voz materna, en particular, induce un efecto calmante medible en la frecuencia cardíaca fetal, lo que sugiere una forma temprana de aprendizaje y reconocimiento. Esta capacidad auditiva prenatal es fundamental para el desarrollo de las conexiones neuronales en las áreas cerebrales responsables del procesamiento del lenguaje y las emociones, preparando al recién nacido para la comunicación postnatal (Partanen et al., 2021).
La vista
La vista es el sentido menos estimulado en el útero debido a la baja luminosidad del entorno uterino. Sin embargo, ya desde la semana 28, el feto puede percibir variaciones de luz a través de la pared abdominal. Estos estímulos visuales también contribuyen a la maduración de la retina y la formación de las vías visuales centrales. Estudios neurobiológicos destacan que la exposición a estímulos luminosos intermitentes favorece la diferenciación de las células ganglionares de la retina y la plasticidad sináptica en las áreas corticales visuales. Además, dichos estímulos prenatales son fundamentales para la organización topográfica de la corteza visual, preparando al recién nacido para el procesamiento visual tras el nacimiento (Righetti, 2020).
Actividad motora y respuesta a estímulos
La actividad motora del feto evoluciona desde movimientos reflejos a secuencias más complejas y dirigidas, muchas veces en respuesta a estímulos sensoriales. Hacia la semana 16, se observan posturas diferenciadas, movimientos coordinados de las extremidades y respuestas orientadas. La experiencia corporal en esta etapa está profundamente integrada con la estimulación sensorial: el contacto con las paredes uterinas, la percepción del movimiento en el líquido amniótico y la respuesta a los sonidos son componentes que favorecen la maduración del sistema nervioso (DiPietro et al., 2015).
El modelo propuesto por Soldera (2020) presta especial atención a la organización postural fetal, considerándola una expresión temprana de una actividad neurofuncional integrada. Los movimientos fetales no son solo manifestaciones motoras, sino que reflejan el estado funcional del sistema nervioso central, influido directamente por la calidad y cantidad de estímulos recibidos.
Aspectos afectivos y relacionales de la estimulación intrauterina
Además de los efectos neurobiológicos, la estimulación sensorial prenatal tiene un importante valor relacional y afectivo. Las interacciones entre madre y feto pueden facilitarse con prácticas simples como caricias sobre el abdomen, vocalizaciones afectuosas, escucha compartida de música y técnicas de visualización. Estas experiencias favorecen la construcción del vínculo prenatal, reconocido hoy como un elemento clave para la regulación emocional fetal y el desarrollo del vínculo madre-hijo.
El feto puede procesar esta información como señales tranquilizadoras y familiares. La repetición rítmica de palabras o sonidos puede regular el tono vagal, promoviendo un estado de calma y estabilidad fisiológica (Fifer et al., 2010). En este sentido, la estimulación prenatal no es solo una preparación para la vida extrauterina, sino una verdadera experiencia afectiva, cargada de significados tempranos que influirán en el comportamiento postnatal.
DiPietro, J. A., Costigan, K. A., & Voegtline, K. M. (2015). Studies in fetal behavior: Revisited, renewed, and reimagined. Monographs of the Society for Research in Child Development.
Farnetani, I. (2020). Lo sviluppo olfattivo del feto e del neonato. Pediatria Preventiva.
Fifer, W. P., Moon, C. M., & Standley, K. (2010). Prenatal learning and memory. In M. L. Johnson & Y. Munakata (Eds.), Processes of Change in Brain and Cognitive Development.
Gallace, A., & Spence, C. (2020). Sensational developments in somatosensory development? Neuroscience & Biobehavioral Reviews.
Kovács, Á. M., Téglás, E., & Endress, A. D. (2010). The social sense: Susceptibility to others’ beliefs in human infants and adults. Science.
Partanen, E., Kujala, T., Näätänen, R., Liitola, A., & Huotilainen, M. (2013). Learning-induced neural plasticity of speech processing before birth. Proceedings of the National Academy of Sciences.
Partanen, J., Laitinen, K., & Isolauri, E. (2021). Prenatal and early postnatal nutrition and development of taste preferences. Nutrients.
Righetti, P. L. (2020). Le emozioni della vita prenatale. Macro Edizioni.
Soldera, G. (2020). Il comportamento posturale del feto e lo sviluppo sensomotorio prenatale. In G. Soldera & R. Polastri (Eds.), Sviluppo motorio e neuropsicologia perinatale. Edizioni Scientifiche Italiane.
Ventura, A. K., & Worobey, J. (2020). Early influences on the development of food preferences. Current Biology.