Organizarse en casa con un recién nacido

Una vida nueva y organizada te permite “sobrevivir” a tu hijo y a la nueva vida que viene.

El primer paso para tener éxito desde el principio es priorizar y dejar en un segundo plano todo lo que no sea urgente: ya llegará el momento de ocuparse de eso también, pero ahora no es el momento. He aquí algunos consejos.

• Este primer periodo es sin duda agotador, pero relativamente corto: pronto todo irá mejor. Considera al niño como tu principal compromiso y disfruta tranquilamente del tiempo que paséis juntos. Dejaos ayudar en la medida de lo posible con las tareas domésticas y las pequeñas tareas cotidianas, y no os dejéis atrapar por la ansiedad del perfeccionismo.
• Descansa cuando el niño te lo permita y haz pausas para relajarte (una ducha larga y relajante, leer un libro, escuchar un disco, etc.).
• Sal de casa en cuanto puedas: entre las comidas del bebé, de paseo o de compras, dejando al bebé al cuidado de papá, o sal con tu pareja, dejando al bebé con tu mamá o con una amiga de confianza; el cordón umbilical ya se ha cortado.
• Si estás cansada, frena el intrusismo cariñoso de familiares y amigos: aprovecha para pedirles que te ayuden o sugiéreles que vuelvan en otro momento.
• Acepta consejos y sugerencias pero, sobre todo, intenta seguir tu instinto porque nadie puede “traducir” las necesidades de tu hijo mejor que tú.
• Confía siempre en tu sentido común pero, en caso de urgencia, ante un problema que no sepas cómo entender o resolver, no dudes en pedir consejo a quienes tengan más experiencia y sepan más: tu madre, tu suegra, un amigo de confianza, el pediatra.
• En cuanto llegues a casa, ponte en contacto con tu pediatra de cabecera para concertar la primera cita en su consulta y, mientras tanto, anota en una hoja un recordatorio de todas las cosas que tienes que preguntarle, de lo contrario será fácil que se te olvide todo cuando llegues a la consulta.