Un bebé bien descansado durante el día tiende a dormir mejor también por la noche

Aquí hay algunas razones:

• Regulación del ciclo sueño-vigilia: una siesta diurna de calidad ayuda a regular el ritmo circadiano del niño, facilitando un sueño nocturno más largo e ininterrumpido.
• Prevención de la sobreestimulación y la fatiga: los niños que no duermen lo suficiente durante el día pueden volverse hiperactivos o irritables, dificultando su conciliación del sueño por la noche.
• Desarrollo del cerebro: la siesta diurna juega un papel importante en el desarrollo cerebral del niño. Un buen sueño diurno respalda el aprendizaje y la memoria, influyendo positivamente en el sueño nocturno.
• Salud física y crecimiento: el sueño promueve el crecimiento y la salud general. Un niño que duerme bien durante el día tiene más probabilidades de mantener un patrón de sueño saludable también por la noche.
• Gestión del estrés: un buen sueño ayuda en la regulación del estado de ánimo y reduce el estrés, factores que contribuyen a un mejor sueño nocturno.
• Adaptación a las rutinas: mantener una rutina de sueño diurna regular puede facilitar la adaptación del niño a la rutina nocturna, promoviendo un sueño más prolongado y reparador. Recuerda que cada niño es único. La cantidad y duración del sueño necesarias pueden variar según la edad y las características individuales del niño.