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Artículos científicos

Bienestar del recién nacido y calidad del ambiente: del humo a los contaminantes domésticos

FOCUS: Contaminación ambiental
ESTE ARTÍCULO PERTENECE AL PRINCIPIO DEL BIENESTAR DEL BEBÉ: Cuidados y atención amorosa

Durante el embarazo, la exposición al humo del tabaco representa un factor de riesgo significativo para la salud materno-fetal. Las sustancias tóxicas presentes en el humo, entre ellas la nicotina, el monóxido de carbono y los hidrocarburos aromáticos policíclicos, atraviesan fácilmente la barrera placentaria, reduciendo el aporte de oxígeno y nutrientes al feto. Esto puede tener consecuencias importantes, como: aborto espontáneo, parto prematuro, bajo peso al nacer y restricción del crecimiento intrauterino.

En los recién nacidos que fueron expuestos al humo en el útero, el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SIDS), enfermedades respiratorias y alteraciones del desarrollo neurológico está aumentando. También la exposición al humo pasivo después del nacimiento tiene efectos perjudiciales, comprometiendo la función pulmonar e incrementando la incidencia de infecciones respiratorias, otitis media y asma. Dejar de fumar durante el embarazo es, por tanto, una medida crucial para proteger la salud del bebé y garantizar un entorno intrauterino favorable al desarrollo.

Alimentación complementaria y calidad del agua

Durante la introducción de la alimentación complementaria, el lactante es particularmente sensible a la calidad de los alimentos y del agua. La inmadurez del sistema enzimático e inmunitario, además de una mayor exposición por unidad de peso corporal, aumenta la vulnerabilidad a contaminantes y patógenos.

Por esta razón, es fundamental:

  • Hervir el agua durante al menos 3 minutos antes de usarla para la preparación de papillas y leche en fórmula, para eliminar bacterias (Escherichia coli, Listeria, Salmonella) y virus (Norovirus, Rotavirus).
  • Controlar la calidad del agua, evitando el uso de fuentes potencialmente contaminadas con nitratos, metales pesados (plomo, arsénico, mercurio), pesticidas y microplásticos, que pueden tener efectos negativos sobre el desarrollo neurológico y metabólico.

 

Agua segura para lactantes a partir del 6° mes
  • Agua del grifo: debe ser potable y libre de contaminantes; si es necesario, hervirla.
  • Agua embotellada: preferiblemente aguas minerales con bajo contenido de sodio (<20 mg/L) y nitratos (<10 mg/L), aptas para la preparación de alimentos infantiles.
  • Evitar filtros domésticos no certificados, que pueden alterar la composición del agua sin garantizar una verdadera purificación.

 

Calidad del ambiente doméstico

El entorno en el que vive el recién nacido es determinante para su salud. El sistema respiratorio e inmunitario del lactante, aun en desarrollo, lo hace particularmente susceptible a los contaminantes del aire interior.

Cocción de los alimentos y ventilación

Durante la cocción, especialmente con cocinas de gas, se puede liberar monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas finas (PM2.5). Una campana extractora de cocina eficiente con una adecuada aspiración reduce la acumulación de estos compuestos nocivos, protegiendo al lactante de posibles irritaciones respiratorias, asma y alergias.

Pinturas y barnices

Las pinturas sintéticas pueden contener compuestos orgánicos volátiles (COV) como el benceno y el formaldehído, que emiten vapores durante semanas. Se recomienda utilizar pinturas a base de agua, certificadas como de baja emisión de COV, para garantizar un ambiente más saludable.

Aromas y desodorantes

Muchos ambientadores contienen ftalatos y disolventes químicos potencialmente disruptores endocrinos. Es preferible evitarlos o sustituirlos por aceites esenciales naturales, usados con moderación y en espacios bien ventilados.

Juguetes, peluches y materiales plásticos

Incluso objetos de uso cotidiano, como peluches y utensilios de plástico, pueden contener sustancias nocivas. Los peluches tienden a acumular polvo, ácaros y moho, y pueden estar tratados con colorantes azoicos, retardantes de llama (PBDE) o ftalatos. Se recomienda elegir productos certificados, lavables y fabricados con materiales naturales.

 

Plástico y Bisfenol A (BPA)

El Bisfenol A (BPA) es un compuesto químico presente en algunos plásticos, conocido por su capacidad de interferir con el sistema endocrino. Aunque ha sido prohibido en muchos productos infantiles, alternativas como el BPS y el BPF aún se utilizan y pueden tener efectos similares.

Por ello, en general es preferible optar por:

  • Vajilla y cubiertos de acero inoxidable o silicona alimentaria.
  • Juguetes libres de metales pesados y ftalatos.

 

Alfombras y calidad del aire

Las alfombras y moquetas, aunque ofrecen confort, pueden ser una fuente importante de contaminación del aire interior, especialmente para los niños que pasan mucho tiempo en el suelo. Los principales contaminantes son:

  • Partículas finas (PM10, PM2.5): se acumulan en las alfombras y pueden ser fácilmente inhaladas.
  • Alérgenos: ácaros del polvo, mohos, pelos de animales y pólenes se concentran en los tejidos.
  • Sustancias químicas:
    • Compuestos Orgánicos Volátiles (COV): liberados por materiales sintéticos de las alfombras y productos de limpieza, pueden irritar las vías respiratorias e influir en el sistema nervioso central.
    • Retardantes de llama (PBDE, TCEP): presentes en alfombras tratadas para seguridad contra incendios, son disruptores endocrinos que pueden alterar el desarrollo hormonal en los primeros años de vida.
    • Pesticidas y metales pesados: las alfombras pueden acumular residuos de pesticidas y trazas de metales pesados.

 

Consejos útiles para un hogar más saludable
  • Elegir alfombras de fibras naturales, no tratadas con sustancias químicas.
  • Aspirar frecuentemente con dispositivos equipados con filtro HEPA, que atrapa alérgenos y partículas ultrafinas.
  • Evitar el uso de calzado dentro de casa para reducir el depósito de contaminantes en la alfombra.
  • Lavar regularmente las alfombras con detergentes naturales.
  • Garantizar una buena ventilación de los ambientes para reducir la acumulación de compuestos orgánicos volátiles y mejorar la calidad del aire.
  • Usar un purificador de aire con filtro HEPA, filtros de alta eficiencia diseñados para capturar partículas microscópicas en suspensión, especialmente útil en las habitaciones infantiles para reducir alérgenos y partículas finas.

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