Skip to content

Artículos científicos

Consejos para los padres sobre el desarrollo del lenguaje

FOCUS: Estimulación sensorial
ESTE ARTÍCULO PERTENECE AL PRINCIPIO DEL BIENESTAR DEL BEBÉ: El desarrollo armónico del niño

Queridos padres, sepan que la adquisición del lenguaje comienza temprano, incluso antes del nacimiento, cuando el feto escucha a la mamá hablar. Una vez nacido, el niño escucha y ve al adulto que habla y comienza a asociar la producción de las diferentes vocales con las expresiones faciales de quien las pronuncia. Está más interesado en escuchar el habla fluida en lugar de palabras individuales, pero especialmente prefiere el “baby-talk” o balbuceo. Esta es la forma de lenguaje con la cual en todo el mundo se habla a los bebés; se trata de un modo de comunicación cantarina, con un alargamiento y una acentuación de las sílabas mediante una pronunciación marcada. El balbuceo favorece el reconocimiento de las palabras desde un punto de vista tanto sonoro como visual; la sensibilidad del niño hacia la prosodia, es decir, la entonación y el ritmo del idioma materno, lo predispone a escuchar el lenguaje y favorece su proceso de adquisición. Sepan también que el recién nacido reconoce las melodías escuchadas durante el embarazo desde los primeros días de vida.

Consejos para el recién nacido

  • Dialoga siempre con tu bebé desde los primeros momentos de vida, cuando lo amamantas, le das de comer, le cambias el pañal; puedes hablarle incluso desde lejos: aunque estés distante y no te vea, siempre puede escucharte.
  • Comunícate con él modulando la voz y observando sus reacciones.
  • Sintoniza el “baby-talk” adecuándolo a su humor (enfadado, alegre, sereno…).
  • Háblale cantando, es decir, balbuceando, esa forma característica de dirigirse a los pequeños que tienen todas las madres del mundo. El ritmo y la melodía de la voz le transmitirán afecto, emociones y más adelante le ayudarán a hablar.
  • Si en casa se hablan distintos idiomas, cada uno de los padres puede siempre hablar y cantar al bebé en su lengua materna.
  • Cántale nanas u otras melodías y “su canción”, es decir, la que inventaron para él mientras lo esperaban.
  • Utiliza columpios y sillas mecedoras que reproduzcan sonidos.
  • Si te gusta cantar, canta las melodías que más te agraden omitiendo las palabras y mirando a tu bebé a los ojos.
  • En casa puedes crear un ambiente rico en música de calidad y no en ruidos. ¡No dejes la radio o la televisión encendidas demasiado tiempo! El niño necesita también del silencio para distinguir, reconocer, producir sonidos y facilitar la escucha de la voz materna y de otros familiares.

Consejos para el lactante

Las capacidades del lactante para distinguir los sonidos lingüísticos se vuelven cada vez más refinadas: aprende las características básicas del idioma materno, asociando el sonido de la voz con la expresión facial de quien le habla. Es capaz de reconocer la misma vocal aunque la pronuncien personas diferentes y a diferentes velocidades, y de distinguir si dos vocales son iguales o diferentes; se vuelve cada vez más sensible a la información sonora relacionada con la pronunciación de las consonantes; es capaz de distinguir dos idiomas diferentes según la entonación y el ritmo del lenguaje al observar los movimientos faciales de quien habla. Cuando los niños escuchan sílabas (por ejemplo, /ba/, /ta/, /cra/…) pronunciadas por un adulto, se activan no solo las áreas cerebrales que discriminan los sonidos lingüísticos, sino también aquellas necesarias para producir los movimientos de los músculos con los que se articulan las palabras.

A los 6 meses, el niño comienza a formar él mismo secuencias de sílabas compuestas por una consonante y una vocal que presentan una organización rítmica y de duración similar al habla adulta. Esta fase, llamada balbuceo, evolucionará en la producción de las primeras palabras dentro de los 12 meses. Se ha demostrado que las experiencias musicales desde el embarazo contribuyen a la producción de balbuceos más tempranos y variados.

  • Dirígete al niño con un tono de voz afectuoso mirándolo a los ojos durante toda la duración del diálogo. De esta manera, el niño disfrutará manteniendo la relación y permanecerá “sintonizado” contigo durante todo el intercambio, y te responderá con vocalizaciones y movimientos.
  • Comenta con frases simples las diferentes actividades diarias que lo involucran, tal vez acentuando algunos sonidos (por ejemplo, alargando las vocales de las palabras: “está lista la comiditaaaa”, “cuánto pipíiii” para el cambio de pañal…) para atraer más su atención: así tendrá más ganas de escucharte y aprenderá a entender lo que están por hacer con él.
  • Juega junto a él con los objetos sonoros de la vida cotidiana (cucharas, tapas, etc.).
  • Ayúdalo a descubrir el entorno sonoro que lo rodea.
  • Asigna una etiqueta sonora a objetos específicos y énfatizala (por ejemplo, “vvrr” para la centrifugadora de la lavadora, “tin” para el sonido del microondas, “bum” para el cierre de un armario). Pero atención a no sustituir estas etiquetas sonoras por las palabras: debe decirse “la lavadora hace vvrr” o “vvrr, escucha la lavadora”, no llamar “vvrr” a la lavadora.
  • Recrea con la voz los sonidos agradables del ambiente: el golpeteo de la lluvia en los cristales de las ventanas, el canto de los pájaros, el murmullo del arroyo, el susurro de las hojas movidas por el viento…
  • Canta sílabas individuales (/ba/, /ma/, /la/… o modula con la boca cerrada el sonido /mmm…/ en lugar de palabras enteras.
  • Sigue cantando nanas, canciones, su “canción”, la que inventaron para él.
  • Propón diferentes géneros musicales (clásica, jazz, country…); no le hagas escuchar solo “música para niños”.
  • Escucha junto a él música de diversas culturas; familiarizarlo con melodías y ritmos nuevos influirá en su sensibilidad musical.
  • Comparte la escucha involucrándolo con gestos y con expresiones faciales.
  • Ofrece pequeños objetos sonoros e instrumentos que el niño explorará sonoramente también de manera activa manipulándolos, frotándolos, golpeándolos; así también hará experiencias sensoriales, motoras y emocionales.
  • Háblale cantando; tu voz le comunicará amor, emociones, seguridad.
  • Escucha la música que te gusta, que te hace sentir bien. No descuides la música clásica (Bach, Vivaldi, Mozart…): generalmente esta música relaja y reduce el estrés, beneficiando tanto a ti como al bebé.
  • Una idea maravillosa para tranquilizar o hacer dormir a tu bebé es usar un columpio o una silla mecedora que reproduzca las melodías que escuchaste durante el embarazo. Esto crea un ambiente familiar y reconfortante para tu recién nacido, ayudándolo a relajarse y a dormirse más fácilmente. Las melodías que escuchaste durante el embarazo ya tienen un significado especial para tu bebé, por lo que escuchar esas mismas canciones durante el momento del sueño puede ser muy reconfortante para él. Esto puede convertirse en parte de tu rutina nocturna, creando una asociación positiva entre la música y el sueño. Solo asegúrate de que las melodías sean suaves y relajantes, para favorecer un sueño tranquilo y reparador.

¿Y en el embarazo?

Querida mamá, debes saber que cantar y escuchar música durante el embarazo es de gran ayuda para el desarrollo de tu bebé. El bebé reconoce tu voz desde el séptimo mes y justo después del nacimiento la prefiere a las demás; al nacer, reconoce las melodías que le cantaste durante el embarazo y estas lo reconfortarán en la transición de tu cuerpo al mundo exterior, aún desconocido. Resérvate momentos de tranquilidad para cantar a “tu barriga”, involucrando también al futuro papá. Inventa una melodía, una canción que será “su canción” y lo acompañará en muchos momentos de su vida.

Co-constructing inner and relational processes: Self and mutual regulation in infant research and adult treatment Beatrice Beebe, Ph.D. and Frank M. Lachmann, Ph.D. Psychoanalytic Psychology, 1998
Bertozzi et al. “Architettura delle funzioni. Lo sviluppo neuromotorio del bambino tra normalità e patologia” Springer Editore 2002
Freud, S. (1923). The ego and the id. Standard Ed., 18: 233-259. London: Hogarth Press, l957.
Stern D.N. (1977). The first relationship: infant and mother, Cambridge, MA: Harvard University Press (trad. it.: Le interazioni mamma-bambino nello sviluppo e nella clinica, Milano: Raffaello Cortina, 1998

Petrite al, “Maternal–fetal attachment independently predicts the quality of maternal– infant bonding and post-partum psychopathology”, The Journal of Maternal-Fetal & Neonatal Medicine 31 2018

OMS (Organizzazione Mondiale della Sanità) & UNICEF (Fondo delle Nazioni Unite per l’infanzia). L’allattamento al seno: protezione, incoraggiamento e sostegno. L’importanza del ruolo dei servizi per la maternità. Ginevra: OMS E UNICEF, 1996

Generoso M, Becherucci P, Pettini S, GancitanoV. Puericultura Neonatologia Pediatria con assistenza. Capitolo “Il rooming-in” (Profeti C, Vivoli G). See Firenze 2010

Righetti P. L., Gli Stati dell’Io prenatale, in «Psicologia, Psicoterapia e Salute» 2006

Soldera G.,Le emozioni della vita prenatale, Macro Edizioni, Cesena, 2020

Tomatis A., De la communicazion intra-utérine au language humain, Editions Scientifiques Françaises, Paris, 2019

Traylor CS, Johnson JD, Kimmel MC, et al. Effects of psychological stress on adverse pregnancy outcomes and nonpharmacologic approaches for reduction: an expert review. Am J Obstet Gynecol MFM. 2020

Cohen S, Kessler R, Gordon L. Measuring stress: a guide for health and social scientists. 1st ed. New York: Oxford University Press; 2008

Taylor A, Atkins R, Kumar R, et al. A new Mother-to-Infant Bonding Scale: links with early maternal mood. Arch Womens Ment Health. 2005
Odent M. – Primale Health: history of a concept. MidwiferyToday, 2007

SIN: “Kangaroo Mother Care: Una guida pratica” Edizione italiana del testo WHO-Gruppo di studio della SIN Care in Neonatologia 2019